Políticas

6/12/2012|1251

Quiénes luchan contra los especuladores del suelo

secretario gremial AGD-Fadu por la Agrupación Naranja de Docentes Universitarios

El jueves 29 se realizó la segunda convocatoria de la multisectorial que repudia la entrega de tierras públicas a los desarrolladores inmobiliarios por parte del kirchnerismo y el PRO en la Ciudad. Curiosamente, en la misma fecha, se trató en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires la "ley de acceso justo al hábitat", a la que el think tank del urbanismo kirchnerista caracteriza como "gesta" y convoca a movilizarse en su apoyo. Ello, aunque sólo se trate de un impuesto municipal que legitima el acaparamiento de tierras a favor de los barrios privados.


Por lo tanto, la música izquierdista de los supuestos "instrumentos de recuperación de plusvalía urbana" con la que los K batieron el parche en La Plata- sonaron al mismo tiempo que la movilización a la Legislatura porteña contra el acuerdo del mismo kirchnerismo y el PRO en favor de los intereses que dicen "combatir" del otro lado de la General Paz.


La denuncia del acuerdo PRO-K no debería ocultar, sin embargo, la política urbana del FAP -algo que han hecho algunas de las organizaciones convocantes a la multisectorial porteña. Veamos. La producción (y apropiación) de suelo en un tejido urbano surge no tanto del consumo de tierras vacantes (que no abundan, porque el tejido está completo), sino más bien de su potencial edificable. Ese potencial está dado por lo que el Estado habilita construir sobre el suelo (de dominio público o privado) y permite multiplicar la superficie edificada de la ciudad tantas veces como se quiera. Así, la superficie de un terreno se convierte, con un golpe de varita mágica del Estado, en dos, tres o cinco veces su tamaño. Esa es la cuenta que hacen los desarrolladores: cómo se le cambia el uso y la zonificación al suelo para aumentar su valor. Esas rezonificaciones están a cargo de las legislaturas provinciales, a través de leyes "a medida". A través de ellas, el Estado transfiere a los desarrolladores no sólo la orientación en el uso de suelo, sino también una renta económica extraordinaria.


El FAP lleva adelante en Rosario/Santa Fe exactamente la misma política que se denuncia en el pacto kirchnerista/PRO en la Capital: Puerto Norte se llama el Puerto Madero rosarino, lo que consideran "vacíos urbanos" son los equipamientos portuarios desafectados. Han incorporado al mercado inmobiliario una cantidad descomunal de suelo urbano, no para las necesidades de las grandes masas trabajadoras que siguen hacinadas en las villas, sino para la nueva burguesía sojera. Hace dos o tres años, inauguraron el Casino City Center, el más grande antro de este tipo ¡de Latinoamérica! ¿No debería la multisectorial denunciar que coinciden en esta orientación macristas, kirchneristas y el FAP?


El pretendido programa por "lo público" no plantea una reapropiación social de tierras públicas y privadas, materializadas o en su potencial edificable. Ello no sólo no constituye una perspectiva de salida a la crisis de vivienda, sino que básicamente, capitula frente al caos ambiental-social- económico que significa la urbanización bajo el régimen capitalista.