Políticas

21/9/2000|681

¿Quiénes van a pagar la crisis financiera de la Provincia de Buenos Aires?

La provincia de Buenos Aires registró en 1999 una deuda pública de 2.347 millones y arribaría a 3.443,5 millones en el 2000 (34% del presupuesto provincial).


Esto, a pesar que en concepto de la privatización de Eseba ingresaron 1.200 millones (1997), más de 432 millones por la venta de Obras Sanitarias (El Día, 13/8).


El gobierno de Ruckauf ha perdido ingresos por valor de 283 millones, lo que lo ha obligado a endeudarse en 1.000 millones para afrontar gastos corrientes de funcionamiento o gastos de personal.


Agreguemos que en 1999 se emitieron letras en moneda extranjera por 200 millones y en el 2000 por 350 millones, que no han sido registrados en contaduría.


En este cuadro, Ruckauf ha firmado un pacto con De la Rúa consistente en que el gobierno nacional le da facilidades crediticias a cambio de un ajuste. ¿En qué consiste?


Van a privatizar el cobro de deudas inmobiliarias (ya se hizo en La Pampa y dio lugar al remate de las viviendas de los morosos), y también la emprendieron contra los empleados públicos. Se han congelado las vacantes y se ha dejado cesantes a suplentes de auxiliares de las escuelas, produciendo la destrucción de cargos y el recargo de tareas.


Una consejera escolar de Echeverría afirmó que la provincia carece de dinero y que los sueldos están siendo abonados con plata de la lotería provincial.


El recorte también se verifica con la instalación de escuelas de doble jornada y su secuela de docentes en disponibilidad (el maestro cumple jornadas de 8 horas cobrando el turno de otro compañero a un sueldo 25% menor). Se encuentra en marcha un operativo para abolir los plus por desfavorabilidad que se cobra en escuelas con esas características (ubicación, tipo de alumnos, etcétera).


Todas estas medidas están acotadas en su factibilidad por el nivel de movilización creciente en los distritos (La Matanza, San Martín, Echeverría y otros distritos).


Su organización masiva y su progreso en un congreso de bases para arrancar las reivindicaciones, especialmente un mínimo de 600 pesos, pueden hundir los ajustes de Ruckauf.


  • A la basura la especulación financiera del gobierno.
  • Que se abran los libros de las cuentas provinciales.
  • Paso a las reivindicaciones de los desocupados y los trabajadores.