Políticas

6/4/2020

Ramallo: el coronavirus plantea la emergencia alimentaria

La pandemia del Covid-19 remarcó y profundizó la crisis del trabajo informal, precarizado, vendedores ambulantes y del propio desempleo en Ramallo que, con la cuarentena sanitaria y obligatoria, se visibilizó mucho más a través de la redes sociales, de los grupos de WhatsApp y la propia vida cotidiana de los barrios más humildes, donde los vecinos y muchas veces niños  piden alimentos a otros vecinos, que se solidarizan y comparten lo propio para ayudar, como sucede con una familia de Ramallo Pueblo que, al colaborar de manera asidua, los chicos vuelven frecuentemente al solicitar ayuda u otra familia que asiste a 2 familias de un asentamiento en El Tonelero, donde viven sin ningún servicio básico.


Mientras se da esta solidaridad entre los vecinos, la respuesta del gobierno municipal no solo es insuficiente sino que, cuando llega, es tarde. Aunque los anuncios del intendente manifiestan que está en vigencia desde el 25 de marzo la ayuda alimentaria, esta se da a cuentagotas y solamente a las organizaciones que están ligadas al gobierno. Los pedidos de alimentos se multiplican de tal manera que los comedores existentes no alcanzan. Esta situación llevó a que también algunas organizaciones, como el Centro de Comercio, realicen campañas para reunir donaciones y distribuirlas algo que tendría que realizar el Estado municipal pero que hoy recae en la solidaridad de los vecinos. Lo mismo sucede en las escuelas, en donde los cupos de alimentos entregados por el gobierno provincial en los comedores de los barrios más humildes, que son distribuidos por los auxiliares y docentes, son también insuficientes, primero porque los bolsones no cuentan con una nutrición adecuada para los 14 días de la cuarentena y no son universales para todos los niños y adolescentes. 

A esto se suma que no se cuenta con la necesidad de elementos de limpieza o los elementos de desinfección necesarias para combatir la propagación de la Pandemia.


Mientras se vive esta crisis alimentaria, en Ramallo tenemos las principales empresas agroexportadoras (Bunge y Dreyfus) y grandes frigoríficos (Mark) que se ven exceptuados por el decreto nacional para seguir su producción, el parque nacional Comirsa y Siderar, en donde la mayoría de las empresas es eximida de pagar impuestos municipales. Estas patronales aprovechan la pandemia para avanzar en despidos y suspensiones, profundizando aún más la carestía de los trabajadores, como también presionando a que se abran nuevamente las fábricas sin que se tengan las condiciones de higiene y seguridad para prevenir a los trabajadores frente a la pandemia.


Es con la intervención de los trabajadores que vamos a poner un freno al avance de la miseria y el intento de las patronales de intentar aprovechar la pandemia para avanzar con un mayor ajuste. Por la prohibición de despidos y suspensiones. Por la apertura de los libros contables de las empresas de la ciudad. Por comisiones de seguridad e higiene en cada empresa, electa por sus trabajadores. Que se destine una parte de la producción de las empresas alimenticias de la zona para distribuir en los barrios más golpeados por la crisis. Por un seguro al desocupado, trabajadores en negro y cuentapropistas de $30.000, llamamos a impulsar la organización en cada barrio para relevar todas las necesidades de las familias de los trabajadores, exigiendo los bolsones alimentarios y kits de limpieza por parte del gobierno municipal.