Políticas

27/6/1996|500

Rebelión popular

Las comunidades de Cutral Có y Plaza Huincul han sufrido uno de los procesos más masivos de cierre de puestos de trabajo a partir de la privatización de YPF y Gas del Estado. Para una población conjunta del orden de los 50.000 habitantes, la pérdida de más de 4.000 puestos de trabajo en un corto lapso de tiempo, llevó a la desocupación al orden del 30% o más.


Junto con ello, ambas localidades debieron soportar despidos en cadena en otras fuentes de trabajo (cerámicas, comercios, construcción, etc.). Las ‘soluciones’ laborales, a través de la formación de cooperativas con los ex-trabajadores de YPF y Gas del Estado, donde éstos invirtieron los montos de sus indemnizaciones, en su mayor parte han significado la quiebra de las mismas, y con ella el pasaje de sus ‘socios’ a las filas de la desocupación, habiendo perdido la indemnización recibida.


Por eso, especialmente en Cutral Có  y Plaza Huincul, si hay algo con lo que un gobierno no puede jugar es con las ilusiones sobre puestos de trabajo. Por eso, cuando Sapag dio por cerradas las negociaciones con una empresa canadiense ‘interesada’ en construir una planta de fertilizantes en la zona, el estallido popular no se hizo esperar. Hay que tener en cuenta que Cutral Có es el pueblo natal de Sapag y una zona que siempre fue un bastión sapagista.


En unas pocas horas, unos 5.000 manifestantes cortaron todas las rutas de entrada y salida a ambas localidades y se impuso de hecho un paro general en ambas localidades, obligando a ‘adherir’ al mismo incluso a ambos intendentes. “En medio de insultos, apretados y apurados por la gente, los intendentes de Cutral Có y Plaza Huincul se vieron forzados a adherir a la manifestación popular y a comprometer el envío de vehículos municipales para apostarlos sobre la ruta nacional 22” (Río Negro, 22/6/96).


Con el correr de las horas, la toma de ambas ciudades se fue organizando al punto que se establecieron puestos de cierre en los caminos laterales utilizados por las empresas petroleras para evadir el bloqueo. Ni siquiera se puede utilizar el aeropuerto, ya que bloquearon también la ruta a su acceso.


Como todas las rebeliones, ésta también tiene sus antecedentes inmediatos: un par de meses atrás, se realizaron asambleas populares (alrededor de 500 vecinos) para votar un pliego de reclamos al gobierno provincial, al cual nunca se le dio respuesta.


Sapag ha acusado a la pueblada de “insubordinación” y se niega a concurrir a la zona a “dar explicaciones”, como reclaman los “insubordinados”. Sapag ya está pensando en la carátula penal que descargará sobre el ‘sector intransigente’ si logra derrotar la pueblada, engrosando la fila de procesados por otras puebladas (caso de corte de ruta en Senillosa, la represión del pasado 2 de octubre, etc.).


Por ahora, la pueblada crece y tiene una base común con la lucha de los desocupados (quienes, el mismo día, marcharon a Casa de Gobierno), y con nuevas movilizaciones estudiantiles por reclamos del sector. Si Sapag creía que con el pacto tejido con la dirigencia de ATEN provincial y de Ctera, imponiendo la rebaja salarial a los docentes, había ganado algún respiro, se equivocó por lejos, porque en Neuquén se gesta un nuevo Neuquenazo.