Políticas

12/12/1996|523

Recula el Chancho Mestre

Luego de una sigilosa negociación con el clero y la burocracia docente, el Chancho Mestre decidió dar un paso atrás.


No habrá cierres de cursos o divisiones del ‘polimodal’, es decir, el gobierno da marcha atrás con el proyectado cierre de los tres últimos años de unos 80 secundarios del interior. Antes había dejado de lado planes similares para la propia ciudad de Córdoba.


No habrá cierres de terciarios durante 1997, por lo que el gobierno deja sin efecto para el año entrante la clausura de 140 institutos, y no habrá cambios en la educación de adultos ni en el funcionamiento de las escuelas de artes.


Se deja de lado el traslado compulsivo de jardines maternales y escuelas primarias a los municipios, lo que sólo podrá darse “cuando la comunidad educativa y las autoridades locales lo soliciten”.


Se mantienen sin variantes —uno de los grandes conflictos con el clero— los subsidios a los institutos privados. A partir de ahora se establece lo que es de hecho una nueva estructura educativa: un nivel primario de seis años de duración y un nivel secundario, también de seis años, dividido en dos ciclos de tres —se ‘secundariza’ el séptimo grado. En las escuelas primarias se ha otorgado el título de ‘primario completo’ al egresar del sexto grado.


El gobierno ha dado un paso atrás. Frente a un horizonte político en el que estaba planteado el paro general para impedir la continuidad de la ley de emergencia, la lucha de los trabajadores de Luz y Fuerza contra la privatización y la destrucción de su convenio, el creciente proceso de movilización de los empleados públicos contra la destrucción del estatuto, y la amenaza de una nueva lucha en las plantas mecánicas, Mestre decidió cerrar provisoriamente, con el auxilio del clero, uno de los frentes de tormenta. Los trabajadores, todos los trabajadores, impusieron a Mestre este retroceso, luego que el ‘Cordobazo educativo’ quedara sin continuidad alguna por decisión del clero y la burocracia de la UEPC.


El gobierno ha dado un paso atrás, pero se ha reservado la posibilidad de imponer sus objetivos para 1998. Los jardines cerrados a principios de año no fueron reabiertos, y el salario y el estatuto quedan como temas ‘pendientes’. Los firmantes del pacto plantearon que durante 1997 se discutirán estas ‘cuestiones pendientes’, lo que revela que Mestre y Primatesta  diseñarán la nueva aplicación de la ‘reforma educativa’. El gobierno hizo un colosal esfuerzo sobre el fin de año para cerrar y fusionar cursos con la excusa de la “baja matrícula escolar” y “cursos de no menos de 25”, un punto en el que chocó con la resistencia de maestros y profesores (la Lista Marrón —Tribuna—  exigió el criterio de oferta educativa —bancos para todos los chicos del radio, estén o no anotados, y beca de 150 pesos para todo padre de hijo en edad escolar).


El paso atrás del gobierno de Córdoba, que nace del ascenso en las luchas y de la propia crisis del régimen “menemista” de Mestre, tiene una importancia nacional. En este marco está planteada una campaña de reuniones de activistas y plenarios durante el receso escolar, para organizar la intervención en el inicio del ciclo lectivo. Allí se planteará la lucha por el salario, la defensa del estatuto, cada una de las reivindicaciones pendientes que, en su totalidad significan derogar la Ley Federal, por una educación dirigida por consejos electos por docentes, estudiantes y trabajadores.