Políticas

27/4/2006|943

Reestatización del agua y blanqueo laboral


El gobierno nacional estableció acuerdos con una docena de municipios del Conurbano bonaerense, para llevar adelante obras de saneamiento hídrico. El “lanzamiento” de AySA alcanzaría, entre otros, a Almirante Brown.


 


La necesidad de las obras es clara. Sólo el 9% de la población del distrito -que supera los 500 mil habitantes- posee cloacas y apenas el 20% tiene agua corriente. Las napas freáticas están a poco menos de 20 centímetros de la superficie, habiendo ya destruido numerosas viviendas y generado un importante incremento de los casos de hepatitis, entre otras enfermedades.


 


Sin embargo, la “nueva etapa histórica”, según la definición del intendente Rodríguez, de ningún modo representa una solución a los problemas de la población del distrito. Más bien, parece un nuevo intento de K, billetera de De Vido mediante, para superar los límites que ha encontrado su cooptación política en el distrito. Esta debilidad es en gran parte resultante de la guerra de camarillas libradas al interior de sus propias filas.


 


A pesar del resonante triunfo que el kirchnerismo obtuvo frente al duhaldismo en octubre último, la conformación de las listas del Frente para la Victoria sobre la base de rejuntar punteros y oportunistas políticos de todas las pelambres, ha concluido en una atomización en el Concejo Deliberante. Ya existen tres bloques y la diáspora continuaría, ya que otros dos concejales conformarían sus respectivos bloques unipersonales. Tal es el enfrentamiento, que todavía no terminan de definir la conformación de las comisiones que estarían bajo su control.


 


Frente a esta situación, es probable que Kirchner haya decidido ir directo a la cooptación de punteros profesionales como Villaverde y Rodríguez, mandamases del PJ. Lo del intendente Rossi en Lomas de Zamora es una señal de lo que se puede venir en Brown.


 


Trabajo en negro


 


Toda la disputa entre duhaldistas y kirchneristas no ha alcanzado, sin embargo, para romper el pacto de silencio que se mantiene en torno a un problema clave en el distrito: el trabajo en negro.


 


Ningún funcionario ni concejal se ha pronunciado contra del trabajo en negro. Lógicamente, porque el gobierno municipal se lleva todas las palmas como principal negrero; en 2005, el Sindicato de Municipales de Avellaneda denunció la existencia de 800 beneficiarios de los planes Jefes y Jefas cubriendo vacantes en escuelas, hospitales y labores municipales. Nadie exige el blanqueo y la efectivización de esos trabajadores reclamando que pasen a planta permanente. Mucho menos se han pronunciado, o al menos informado, sobre cuáles son las condiciones laborales en las empresas de la zona. ¿Bajo qué condiciones los trabajadores llevarán a cabo las tareas de infraestructura hídrica previstas?


 


Planteamos: reestatización del sistema de aguas bajo control de sus trabajadores y organizaciones en lucha, y un plan de obras públicas que bajo esas condiciones resuelva el problema hídrico del distrito y genere una bolsa de trabajo genuino que supere la manipulación y explotación de punteros y patrones.


 


Denunciamos el acuerdo entre Kirchner y Rodríguez como un mero medio para la entrega de licitaciones a sus amigos, perpetuando la crisis sanitaria.


 


Rechazamos toda forma de contrato y trabajo en negro.


 


Promovemos el pase a planta permanente de todos los trabajadores contratados en todas las modalidades (pasantías, Jefes y Jefas, etc.).


 


Salario mínimo de 1.800 pesos.