Políticas

20/4/2000|663

Reforma laboral: los senadores peronistas le pusieron la firma

El 2 de setiembre de 1998 la Cámara de Diputados aprobó la negrera ley laboral que rebajó las indemnizaciones. El mensaje de Hugo Moyano frente a la concentración en el Congreso en ese momento fue: “Esto lo van a pagar en las urnas”.


En función de esta expectativa en el voto en contra de los diputados de la Alianza y el duhaldismo de entonces, la Mesa de Enlace (MTA, CTA, CCC) dejó de lado el plan de lucha necesario para hacer retirar el proyecto e incluso el paro activo aislado que había prometido para “el día que los diputados traten la ley”.


¿No es, punto por punto, lo que está ocurriendo de nuevo ahora?


En el plenario de las regionales de la CGT, luego en el Congreso que lo nombró secretario general, y recientemente en el Confederal, Hugo Moyano aseguró que el Senado, debido a la mayoría peronista, no convalidaría la reforma laboral. A partir de aquí se oficializó una tregua que sacó al movimiento obrero de las calles, luego de la movilización del 24 de febrero.


Durante estos dos meses de parálisis el gobierno tuvo las manos absolutamente libres para avanzar en su propósito de aprobar la reforma laboral y obtener para ello los 2/3 necesarios en el Senado, donde es minoría.


En un juego de “toma y daca”con los gobernadores y senadores del PJ, el gobierno de la Alianza ha anudado un principio de acuerdo que habilita la aprobación de la reforma laboral. La bancada del PJ ha dejado de lado la alternativa del rechazo a la ley. Ha presentado una propuesta que habilita los convenios por empresa sobre la base de un convenio “marco”, que luego puede ser “ajustado”a las “necesidades”de cada patronal.


Pero ni siquiera se van a mantener en esta alternativa, porque el FMI les reclamó la sanción del proyecto tal como salió de Diputados. Los senadores peronistas sólo esperan a que pasen las elecciones de Capital, para cumplir. Ya han aceptado la caída de la vigencia, por ahora indefinida, de los convenios colectivos (“ultraactividad”). Sólo plantean “mayores precisiones sobre cómo se dará por concluida (esta) vigencia”. Tampoco invalidan la ampliación del “período de prueba”, que permite a las patronales “seleccionar a los trabajadores”con la posibilidad de echarlos en cualquier momento sin el pago de las indemnizaciones. Sólo pide “reducir el período”de un año formulado en el proyecto de ley (todas las citas de Clarín, 14/4).


Pero ya hay un acuerdo en gestación entre el PJ y el gobierno, cuya pista la dio el senador Yoma: “Si me dan los Planes (Trabajar), voto la reforma laboral”(Clarín, 12/4).


Toda esto está siendo negociado también con Ruckauf (que ya adelantó su apoyo a la reforma), De la Sota y Reutemann (que acaba de obtener la prolongación de los “planes sociales”en su provincia, tras declarar que el gobierno de la Alianza ponía como condición para ese paso su apoyo a la ley negrera).


¿Qué respuesta tiene la CGT Moyano frente a esta ofensiva? El Confederal de la CGT no votó un plan de lucha, sino un “aguante”en el Congreso para el día que los senadores traten la ley. Lo que se presentó como una movilización, el 1º de Mayo, en el puerto de Mar del Plata en defensa de las fuentes de trabajo, terminará siendo un acto en lugar cerrado, el 28 de abril, en “defensa de la industria”(con los grupos de la burguesía nativa que participaron del festival de depredación de recursos y flexibilidad de los obreros pesqueros, portuarios y marítimos, durante toda la década menemista).


El Partido Obrero llama a los trabajadores, a los delegados, a los sindicatos, en todos lados, a reclamar el paro general y un plan de lucha contra la reforma patronal fondomonetarista. Que la CGT Moyano convoque a un paro nacional hasta que el proyecto antiobrero sea retirado del Congreso.