Al interior de la juventud se desarrolla una fortísima pelea política. El gobierno, a través de La Cámpora, ha desarrollado una política de cooptación fenomenal bancada con fondos públicos. El desarrollo de todo tipo de organizaciones paraestatales en el terreno de la juventud (incluidos “centros de estudiantes” apañados por las autoridades y el gobierno) fue una respuesta al desarrollo de la izquierda y de fuertes tendencias de lucha en la juventud, durante sucesivos estudiantazos, y, significativamente, a partir de la lucha por Juicio y castigo a los asesinos de nuestro compañero Mariano Ferreyra. Por aquellos tiempos, el PTS acusaba al Partido Obrero -protagonista de primer orden de la lucha estudiantil y de la juventud- de ser un “partido estudiantil”.

 

En las intervenciones de la campaña de Del Caño, buscaremos en vano cualquier referencia a esta pelea contra el copamiento oficial de la juventud, incluida la significativa ausencia de cualquier crítica socialista a La Cámpora -combinada con importantes concesiones, como hablar de “los límites” de la década kirchnerista, presentando las cosas como si se tratara de un proceso progresivo a superar. Por el contrario, el argumento de la “renovación” se orientó fundamentalmente contra Altamira: un gol en contra, porque no se puede construir una juventud socialista atacando a los líderes históricos de la izquierda en el país.

 

La lucha de la juventud, felizmente, no arranca de cero, sino de una valiosa experiencia política que debe ser estudiada y asimilada. Altamira reivindicó en el plenario obrero del Bauen la continuidad entre la lucha del Cordobazo, la juventud que lucha por un gobierno obrero y el ascenso actual de la izquierda. La pelea por una juventud socialista -que lucha contra el Estado y sus partidos- se da de patadas con el planteo de la “renovación”.