Políticas

27/2/2014|1303

Represión en tierras de Capitanich

Chaco

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La brutal represión en Pampa del Indio, donde la Policía desalojó brutalmente un corte de organizaciones sociales e indígenas, y detuvo a cinco personas, es sólo una muestra de la situación que se desarrolla en la provincia. El gobernador acusó a las organizaciones de rechazar la bancarización de la ayuda alimentaria porque “venden la mercadería en Formosa”. Esta provocación busca cubrir el ajuste y el pseudo-estado de sitio que se vive en la provincia: la tarjeta alimentaria es de 100 pesos miserables, mientras los reclamos apremiantes de los pueblos del interior del Chaco (vivienda, trabajo, salud) tienen como única respuesta la represión, la cual ya se ha desencadenado en varias oportunidades durante las últimas semanas: en Resistencia, contra los trabajadores del frigorífico Toba o los de Radio Chaco.

La prueba de fuego del ajuste serán las paritarias. El gremio estatal de la provincia paró masivamente por 48 horas la última semana, también lo hicieron los hospitales. Una conciliación obligatoria frenó la huelga de los judiciales. Los sindicatos docentes, Atech y Sitech amenazan con parar contra el tope paritario del 23,5%. También pararon los no docentes del Ministerio de Educación. Ante este panorama, el gobierno lanza la conciliación obligatoria con decretazo y represión.

Cómo enfrentamos el ajuste

La fuerza del ajuste está desmoronando la pata “popular” del gobierno, lo que provoca una vuelta a los tiempos de Rozas -la imposición de la miseria a palo limpio. Incluso organismos de derechos humanos K salieron a repudiar la represión.

Este sector rechaza a Bacileff y pide la intervención del gobierno nacional. Capitanich apoya este viraje y la pretensión de apelar a su arbitraje no ha dado ningún resultado.

El kirchnerismo en la provincia sólo montó un aparato de asistencia social, sin resolver ninguno de los problemas urgentes de la población trabajadora. La provincia siguió siendo un botín de los pulpos agrarios y agroindustriales. Más que nunca, la lucha por los reclamos inmediatos va de la mano del desarrollo de una alternativa política de los trabajadores. Proponemos discutir un plan de lucha común para ganar la calle por los siguientes planteos: abajo el ajuste, abajo la represión, salario igual a la canasta familiar, por el 82% móvil, por el ajuste según inflación de todas las asignaciones y por todos los reclamos populares.


Juan García