Políticas

15/8/1996|506

Reseña y lecciones de una lucha

Después de la “multitudinaria” asamblea del 23 de junio (ver PO nº 500), la lucha que el barrio Independencia emprendió contra la miseria en general, y los cortes de luz, en particular, siguió un curso definitivamente ascendente.



Una importante movilización, el miércoles 26, logró arrancar a Edenor el compromiso de mantener la provisión de electricidad para 250 familias empadronadas por la Comisión, e iniciar inmediatamente la búsqueda de una solución definitiva “para todos”.



La Municipalidad prometió, además, gestionar en forma urgente ante la gobernación, una entrega adicional de alimentos y medicamentos.



Otra asamblea, muy numerosa, el sábado 29, tomó una fundamental resolución: mandató a la Comisión a impulsar la elección de delegados por manzana.



Los “cortes”, aunque tímidamente, continuaron.



El 8 de julio, la Comisión envió una nueva carta al intendente reclamándole el cumplimiento de lo pactado.


El clima se ‘calienta’


El miércoles 10, el propio secretario de Gobierno, Salar, y el secretario de Acción Social, Carpenter, ‘bajaron’ para entrevistarse con la Comisión: 350 vecinos, embarrados hasta el cuello, ocuparon el terreno aledaño a la “salita” para recibir a las autoridades. El clima ‘calentito’ que pudieron percibir, a pesar del frío intenso y la lluvia de ese día, los convenció de la inconveniencia de dilatar las cosas. Se ratificó el compromiso de mantener el servicio sin pago para los 250 empadronados. Y que en los próximos días habría una propuesta general. Acción Social distribuyó allí mismo 250 bolsas de provisiones y se comprometió a ampliar la lista en 60 más “para empezar”.



Esta respuesta modestísima, arrancada con la presión de la movilización, significó una victoria y un importante “poroto” para la Comisión.


Cortar por lo sano


La insistencia de muchísimos vecinos, en las propias barbas de la comitiva municipal, para que “la Comisión continúe con la elección de delegados”, reveló la voluntad generalizada de “seguirla”… y alertó sobre la necesidad de “parar esto acá”.



Aún quedaba pendiente la adjudicación de las chequeras para los próximos retiros de alimentos, convenida para el lunes 15.



Durante toda la semana siguiente se sucedieron los desplantes, al tiempo que se desató una intensa campaña de intimidación por parte de los punteros contra los delegados. Otra numerosa asamblea resolvió, no obstante, marchar nuevamente al edificio municipal.



Un dirigente de la Comisión fue emboscado, mientras recorría los pasillos, por dos matones armados que después de despojarlo del megáfono le advirtieron en inequívoco lenguaje: “Córtenla, zurdos, porque les va a salir mal”.



Alrededor de 100 vecinos invadieron ese mismo día el despacho de un visiblemente sorprendido y molesto secretario de Gobierno para denunciar el ataque y exigir la entrega de las chequeras adeudadas.



“Hay un problemita técnico —explicó el funcionario después de algunas consultas— que se resolverá en unos días”… Y en compensación ordenó la distribución de una nueva partida de alimentos.


Conclusiones de una reunión


Mientras en la superficie se ha instalado una tregua precaria, en las calles del barrio los ‘delfines’ municipales se han lanzado a una carrera por recuperar el control. Por su parte, la Comisión continúa con la tarea de empadronamiento (hay ya casi 900 inscriptos).



Una importante reunión a la que asistieron unos veinte compañeros (el núcleo más activo) extrajo algunas conclusiones de valor.



La común impresión es que si bien todo este proceso ha extendido la influencia de la Comisión de Desocupados, le ha dado una considerable autoridad, es imprescindible ubicarlo en su perspectiva correcta. Limitar nuestra actividad a determinados reclamos parciales o reivindicaciones inmediatas equivaldría a transitar por un callejón sin salida. La lucha por esas reivindicaciones (que no deben descuidarse) debe ser colocada como un aspecto del programa general, encabezado por la consigna: seguro de 500 pesos.



Explicar esto mediante un boletín, retomar la agitación sobre otros barrios, darle un impulso sustancial a la campaña sobre los medios (ya se ha empezado a hacer), participar activamente de la marcha del 26 y del paro del 8 y, por último, realizar —la fecha que se barajó fue el 17 de agosto— una “locreada” masiva invitando a otras Comisiones, son algunas de las resoluciones.