Políticas

1/12/1994|433

Respuesta al señor “H” del Servicio Penitenciario

Para responder su carta debo partir de dos cuestiones: una, qué es la “delincuencia” o mejor dicho qué es un “delincuente”, y la otra, de qué sirve el sistema represivo argentino.


Un “delincuente”, antes que nada es un ser humano. Una persona que ha violado o transgredido la ley, burguesa, alterando el “orden”, robando o matando, en el peor de los casos; y llega a esto fruto de la enorme explotación y miseria a la que ha sido condenado a vivir, no sólo miseria económica, social también. La descomunal insatisfacción espiritual lleva a situaciones límites a muchas personas.


¿Se puede evitar, acaso, la delincuencia en una sociedad dividida en clases, donde un hombre es oprimido por otro hombre, donde los intereses empresarios valen mucho más que cientos y miles de vidas humanas?


Un “delincuente”, Sr. “H”, es una víctima parida por esta sociedad a la que lejos de castigarla se debería salvar, recuperar para que se reinserte en su convivencia social.


Pero, justamente, el Sistema Represivo Argentino juega el rol contrario. El Estado burgués que ha creado estos “delincuentes”, no sabe qué hacer con ellos, por eso los recluye en prisiones, trata de esconderlos detrás de paredones; como se esconde la basura para que no se vea descubierta. No puede reconocer que cada delincuente es la revelación lisa y llana de que este sistema falla porque los engendra día tras día. Y, lo que es peor, no puede tampoco plantearse recuperarlos para la sociedad, por la sencilla razón de que si vuelven al “mercado” se suman al ejército de mano de obra desocupada con un “legajo” que delata su paso por la cárcel que lo vuelve indeseable para cualquier patrón. El Estado burgués convierte a las personas en delincuentes y los condena a llevar esta carga encima el resto de su vida.


Para que los presos mejoren sus condiciones de vida tienen que ser tratados como personas. Tienen derecho a trabajar y estudiar. A organizarse y a sindicalizarse. Sólo de esta forma se parte de lo sano de sus personas y para conseguir su reinserción en la convivencia social.


Como partido revolucionario nos proponemos acabar con la delincuencia y esta lucha pasa por acabar con el Estado burgués, con este sistema de opresión y construir una nueva sociedad donde el hombre pueda ser libre y feliz.