Políticas

11/1/2017

“Revolución del Trabajo”: la flexibilización laboral macrista

El presidente quiere generalizar el acuerdo flexibilizador petrolero al conjunto de los Convenios Colectivos de Trabajo.


El gran capital festeja con subas en la Bolsa la flexibilización del convenio laboral de los petroleros que anunció Macri a la vuelta de sus vacaciones. El Cronista informa que los papeles de YPF subieron casi un 12%  y el índice Merval marcó un nuevo récord. "La suba tiene un origen totalmente local, ya que se da en una semana en la que el petróleo acumula una caída de casi 6%" a nivel internacional.


 


El presidente anunció una "revolución del trabajo" a partir de los cambios que introduce la adenda del Convenio Colectivo de Trabajo petrolero. Si bien no se conocen los detalles -ya que aún rige la conciliación obligatoria que dictó el Ministerio de Trabajo frente al conflicto por los casi 2000 despidos que anunció YPF en diciembre pasado- trascendió que por la misma se eliminan "las horas taxis" por traslado y pernocte fuera del domicilio confiscando el salario, se reducen las dotaciones de personal para el trabajo en los pozos, se habilita el montaje y desmontaje en horario nocturno -hasta ahora prohibido- y el trabajo con vientos de hasta 60 km por hora para el trabajo en altura (antes era de 50) . Por la adenda también se establece un cambio en el régimen de descansos, de 1 x1 a 2 x1 (El Cronista, 11/01)


 


Esta "revolución" de Cambiemos apunta a extender este modelo  antiobrero al conjunto de los CCT, utilizando la adenda petrolera como un campo de ensayo. Distintas informaciones señalan que las próximas reformas serían la de los convenios de la construcción, audiovisual, de la indumentaria y el calzado, y de la industria de ensamblaje de electrodomésticos en Tierra del Fuego. El convenio UOCRA es, junto con el de Comercio, un modelo de convenio "basura" que se utiliza para súper explotar a los obreros de la construcción y encuadrar a trabajadores tercerizados en un convenio a la baja, por ello, los trascendidos indican que la modificación del mismo no tiene demasiadas posibilidades y apuntará a un aumento de la productividad del trabajo (Clarín, 11/01).


 


Guillermo Pereyra, el burócrata del Sindicato del Gas y Petróleo de Neuquén y Río Negro, estuvo sentado en primera fila junto al Ministro de Energía, el "Shell" José Aramburu, y aplaudió las medidas, junto a su par del Sindicato de Jerárquicos, Miguel Arévalo.  Interpelado por esta reforma dijo "esto no es flexibilización", para ocultar una monumental entrega que se procesó a espaldas de los petroleros, que no fueron convocados a ningún tipo de deliberación respecto de la adenda. Los trabajadores del  sector han sido fuertemente golpeados por los despidos, que no cesaron pese a los subsidios del Estado a las empresas para sostener un "barril criollo" por encima del precio internacional del crudo y del tarifazo en energía. Pereyra, que también reviste como senador nacional del Movimiento Popular Neuquino, viene de atacar la lucha de los petroleros de Halliburton y Schumblerger que iniciaron una retención de tareas en respuesta a que cobraron sus salarios con quitas de hasta el 70%.


 


Por su parte, el triunvirato de la CGT salió a criticar el acuerdo mientras ya empezaron a negociarse las modificaciones en otros convenios (Clarín, 11/01). El triunviro cegetista Carlos Acuña, aprovechó la consulta para  aclarar que la Central no tomará  ninguna medida de conjunto  "Cada sindicato discute lo que le conviene" dijo, cuando es claro que la ofensiva que prepara el gobierno ataca al colectivo obrero en su totalidad. Uno de los convenios que se estaría negociando en la Mesa de la Productividad y el Trabajo sería el de la industria audiovisual, para abaratar los costos de contratación y fomentar el ingreso de capitales extranjeros, una rama arrasada por los despidos, como sucedió en Ideas del Sur, y con un fuerte componente de trabajo precario. Sólo en las empresas vinculadas al grupo Disney hubo mil despidos, muchos de ellos antisindicales. El otro rubro sobre el que el Gobierno quiere avanzar es la lechería.


 


Yasky y Michelli anunciaron una reunión con corrientes sindicales disidentes de la CGT, seguramente con la Corriente Federal de Palazzo de La Bancaria, y denunciaron la "complicidad sindical". Un acto de demagogia puro, frente a los miles y miles de despidos en el Estado que no fueron respondidos por el kirchnerismo que dirige ATE Capital, que abandonó la lucha de los trabajadores del Ministerio de Educación sin siquiera llamar a un plenario de delegados. 


 


El objetivo de bajar los llamados "costos laborales" para estimular la "demanda de trabajo" es un modelo que ha fracasado en el pasado y no sólo en Argentina. Según Nicolás Dujovne, de Hacienda, "los impuestos al trabajo son ridículos" y existe una "sobretasa del 40% por encima del salario de bolsillo", llamando de ese modo a los aportes y contribuciones patronales que complementan la seguridad social del trabajador, que abona hasta un 17% de su salario en concepto de jubilación, obra social y PAMI, junto al descuento extorsivo en muchos casos de la "afiliación solidaria", que no da ningún derecho sindical. Con esta quita se desfinanciará aún más a la ANSES, lo que servirá para justificar los planes de ajuste de la edad jubilatoria. 


 


Los anuncios de Macri son la punta de lanza de una reforma laboral reaccionaria. El acuerdo entreguista y secreto entre Macri y Pereyra, que quiere ser generalizado, tiene que ser derrotado por la lucha de los trabajadores.  Denunciamos a la burocracia sindical por este acuerdo reaccionario y convocamos a reunirse y deliberar en el conjunto de los sindicatos, en defensa de las  conquistas de los convenios colectivos y contra los despidos.