Políticas

11/7/1996|502

Río Turbio: un pueblo entero contra los privatizadores

La muerte ‘accidental’ (criminal) del compañero Reynoso fue el detonante de la bronca acumulada. El pueblo estalló y hasta los intendentes, que actúan como gestores de la empresa contra los mineros en cada conflicto, se vieron obligados a decretar ‘asueto’ y a marchar el jueves 4. Los mineros reclaman la efectivización de los contratados; el respeto por las normas de seguridad, incluida la preparación de los compañeros nuevos; la eliminación de los compromisos de producción que pesan sobre los trabajadores a partir de actas firmadas por Ate en conflictos anteriores.


Luego de entregar a la jueza una petición para que se esclarezcan los hechos, Ate llamó a desconcentrar, pero un importante grupo de manifestantes ocupó el Concejo Deliberante, arrancando a los concejales una declaración de ‘personas no gratas’ en la localidad a los principales personeros de la empresa YCRT.


Desde la ocupación de la mina a fines del ´94, la iniciativa estuvo en manos de la empresa, que cerró sectores, despidió personal y ha intentado desconocer derechos laborales. Los dos paros prolongados de mayo del ´95 y abril del ´96 fueron cimbronazos que no modificaron esta tendencia, en un cuadro de creciente colaboración de la dirigencia sindical verde de Ate con el gobierno provincial y la dirección de YCRT. Pero los acontecimientos de esta semana replantean la iniciativa popular. El reclamo de la estabilidad laboral y la inclusión de los contratados en el convenio es crucial, porque los contratados, que ganan la mitad y no tienen cobertura legal, eran hasta ahora la punta de lanza para liquidar el convenio laboral vigente. Su efectivización significaría la quiebra de todo el plan de esta empresa parásita, que vive de la explotación obrera y de los subsidios del Estado.


La fuerza de la movilización masiva del pueblo puede lograr este objetivo, con la condición de no depositar ninguna confianza en los ‘políticos’ ni en la conducción verde de Ate.