Políticas

12/1/2017|1444

Rodríguez Larreta prepara una nueva entrega

Defendamos el derecho de los trabajadores a vivir en la Ciudad


Al cabo de un intenso y sistemático hostigamiento policial y judicial, el gobierno porteño logró consumar el desalojo del ex Padelai.


 


Las organizaciones políticas y sociales de San Telmo, La Boca y Barracas mantuvieron una vigilia junto a los vecinos, que intentaron obtener una nueva prórroga. Obtuvieron apenas unas horas más. Al caer la tarde del miércoles, reinaba la desazón y el desalojo era un hecho.


 


El ex Patronato de la Infancia (Padelai) es un enorme edificio histórico que ocupa una manzana en Balcarce y San Juan, corazón de San Telmo, a pocos metros de Puerto Madero y a una cuadra de la plaza Dorrego. Fue tomado por familias sin vivienda en los ’80, tras permanecer abandonado por muchos años.


 


Desde la intendencia de Carlos Grosso en adelante, todos los gobiernos porteños intentaron expulsarlos del inmueble. En 2003, el “progre” Aníbal Ibarra -luego devenido K- ordenó un violento desalojo policial y le entregó el edificio a la Embajada de España, que lo tuvo semiabandonado. En 2009, la Legislatura aprobó la expropiación del edificio en beneficio de la cooperativa de vecinos que lo habitan, pero nunca se concretó el traspaso. En 2011, lo reocuparon por sus propios medios.


 


El hostigamiento judicial y policial contra el centenar de familias que habita el ex Padelai fue sistemático. La última embestida ocurrió en abril de este año, cuando una fiscal estableció controles policiales en cada entrada y cercó con vallas una parte del predio.


 


El gobierno de Rodríguez Larreta tiene un alto interés en entregar el predio a los apetitos de las inmobiliarias. El desalojo judicial en los edificios de San Telmo y el incendio de los conventillos de La Boca son expresiones brutales de la expulsión de las familias trabajadoras de la zona sur de Buenos Aires.


 


Bajo el gobierno de Rodríguez Larreta, la entrega de la Ciudad a la especulación inmobiliaria dio un salto. Sólo en 2016, privatizó más de 200 hectáreas de suelo urbano con el voto cómplice de los bloques patronales (Lousteau y Frente para la Victoria).


 


El desalojo del Padelai apunta a valorizar toda la zona de San Telmo, que tiene una gran cantidad de casas tomadas. Es la señal para un copamiento inmobiliario del barrio. Esa población expulsada irá a engrosar las villas, que no paran de crecer y que ahora serán objeto de pseudourbanizaciones que no pasan de un maquillaje. Para los laburantes, no hay otra alternativa. El gobierno retacea los créditos a tasa cero del Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC). En vez de eso, otorga a los desalojados miserables subsidios habitacionales de unos pocos miles de pesos que no alcanzan ni para alquilar una pieza en la villa.


 


El Partido Obrero defiende el derecho de los trabajadores a vivir en la Ciudad contra la voracidad de los especuladores inmobiliarios.


 


Es necesario darle un nuevo impulso a la lucha por la vivienda.