Políticas

5/7/2007|999

Romero continúa destruyendo los bosques

Cada vez con más frecuencia se suceden las denominadas Audiencias Públicas que impulsa el gobierno de Romero para “habilitar” el desmonte de los bosques nativos.


La Iglesia facilita el Salón Parroquial de Embarcación para que se realicen estas parodias de participación popular.


El martes 26 se llevó a cabo una audiencia para habilitar el desmonte de 1.200 hectáreas y el lunes 2 de julio se realizó otra para habilitar la destrucción de 30.962 hectáreas. En cuatro años, el desmonte de bosques creció casi el 42%. La tala arrasó con más de 1 millón de hectáreas, la mayoría ahora con soja. Se desmontan 34 hectáreas por hora, seis veces el promedio mundial de deforestación (Clarín, 25/6).


“La mayor aceleración se registra en Salta, donde, en este lapso, la desaparición de masa boscosa (414.934 hectáreas) fue un 113,45% mayor que entre 1998 y 2002. Sólo el departamento de Anta perdió 239.681 hectáreas" (ídem).


Romero impulsa la tala de los bosques para favorecer la “expansión de la frontera agrícola“, es decir el cultivo de soja.


En Prensa Obrera ya informamos sobre la Resolución que presentó el PO y que fuera aprobada por unanimidad en el Concejo Deliberante de la ciudad de Tartagal rechazando el desmonte de la Finca Yariguarenda, un total de 1.200 hectáreas. En la última sesión, también presentamos un proyecto de similares características relacionado con estas dos audiencias en Embarcación que involucran 32.162 hectáreas.


Los partidos patronales –tanto el oficialismo (el PRS) como los “opositores” de la UCR, el PJ, el Partido de la Victoria– se opusieron a su tratamiento. Esto indica un claro alineamiento con la política oficial de favorecer a las empresas agrícolas.


Participamos en la audiencia del 26 de junio. Denunciamos la trampa de las Audiencias Públicas como meros mecanismos que intentan legalizar una maniobra que apunta a beneficiar a las camarillas del gobierno.


Llamamos a las otras organizaciones a que actuemos en común en la defensa de los bosques nativos y planteamos la necesidad de implementar un plan agrario estatal que garantice el acceso de la tierra a las comunidades campesinas y originarias para integrarlas a un plan de producción moderno sobre la base de la nacionalización de los grandes latifundios bajo control obrero y campesino.