ROSARIO
Boletazo y represión
Cuando los "socialistas" muestran su verdadera cara
Seguir
El 31 de julio, el Partido Socialista, con su “mayoría automática” en el Concejo Deliberante, aprobó el aumento de la tarifa del transporte urbano de pasajeros.
Para ello, sus concejales ni siquiera necesitaron levantar sus manos en la votación. La garantía de la aprobación del boletazo, se la dio la represión a las organizaciones que nos movilizamos ese día contra el aumento. De esta manera, el transporte público de Rosario se convirtió en el más caro del país: pasará a costar 1,60 pesos; el boleto estudiantil costará 77 centavos.
Operativo Boletazo
Haciendo chapa de “democrático” y “amplio”, el PS permitió la entrada en el recinto de delegaciones las diferentes organizaciones que nos movilizamos hasta allí. Pero cuando, ante la inminente aprobación, el reclamo adentro y afuera creció, no dudaron en actuar al estilo represivo clásico frente a un reclamo popular. Policías de civil en el interior del recinto retuvieron y golpearon a compañeros mientras, afuera, la policía antimotines reprimía a las organizaciones estudiantiles y de desocupados.
Rápidamente se valieron de su mayoría automática, sin siquiera tomarse el trabajo de levantar la mano, para luego huir como ratas del recinto frente a la presión popular.
Confiscación “socialista”
En Rosario, el transporte público está monopolizado por dos grandes empresarios: Rodríguez y Bermúdez. El PS actúa como garante de las grandes ganancias de estos “capos” del negocio del transporte. Por eso su rentabilidad continúa intacta mientras la inflación devora a la población.
Al día siguiente, el PS se tomó el trabajo de “aclarar” que los hechos de Rosario no tienen relación y no se pueden comparar con lo sucedido en Córdoba. Pero los hechos pueden más que las palabras: los sojeros Schiaretti y Binner, al igual que los K, no dudan en descargar la crisis sobre las espaldas de la clase obrera y la población. Cuando esto es cuestionado por la intervención de los trabajadores, no dudan en apelar a la represión.