Políticas

8/12/1993|408

“Salariazo” de Menem y Alfonsín

Carlos Saúl Menem ha concretado el slogan principal de la campaña presidencial de 1989: el salariazo. Días pasados, la patronal de Aluar, con el visto bueno del Ministerio de Trabajo, y los burócratas de la UOM, pactaron una rebaja del 25% de los salarios. Como una epidemia, las patronales se anotan para concretar este “salariazo”. Es el turno ahora de la patronal de Osram. Para completarla, la Corte “trucha”  declaró la constitucionalidad de un decreto que derogó un convenio colectivo de trabajo, dando piedra libre a las patronales para arrasar con lo poco que queda en los convenios.


El salario obrero cubre hoy un 40% del costo de la canasta familiar. En los últimos 5 años cayó un 30%, corroído por la inflación. Con la “convertibilidad” de Cavallo, el salario no se indexa pero los precios aumentaron más de un 50%. Ahora los sueldos no sólo caerán como consecuencia de la inflación, sino en forma directa. Un salariazo por partida doble.


Los costos son muy altos, se quejan los empresarios. Pero no es el salario el que encarece los productos, porque el obrero argentino no sólo gana menos que el de Estados Unidos, Japón o de Europa, sino menos que en Taiwán, Corea, Singapur … Los costos argentinos son altos porque el “plan” Cavallo es parasitario (la nafta aumenta mientras cae el precio del petróleo) y porque el capitalismo argentino no puede escapar a la crisis mundial capitalista.


Es para salvar a un régimen en crisis que Menem y Alfonsín pactaron la reforma reaccionaria. Para sostener a un régimen que lo único que puede ofrecerle a los explotados es la miseria salarial, la destrucción de la escuela pública y de la salud, la liquidación de los convenios, la jornada de 8 horas, el descanso semanal y las vacaciones.


Cuando un régimen no puede darle de comer a sus esclavos debe ir al basurero de la historia. Por eso, abajo la rebaja salarial. No a la reforma reaccionaria de Menem y Alfonsín. Fuera el gobierno entreguista y antiobrero.