Políticas

1/6/1994|420

Salarios y superexplotación: la verdad sobre el “3 x 1”

Las patronales fueguinas han calificado como “extemporáneo” y hasta como “obra de subversivos” el reclamo de la UOM de Ushuaia de triplicar el básico, equiparándolo con el de Río Grande.


Lo que las patronales no dicen es qué pasó con sus “números” desde la “convertibilidad” (y el congelamiento de salarios) hasta hoy. Según datos publicados por AFARTE (la asociación que agrupa a las patronales fueguinas que producen artículos electrónicos),  en  1990 se armaron 280.000 televisores color en la Isla, y al año siguiente se produjeron 550.000. En 1992, se llegó a un millón doscientos mil aparatos, y en 1993… nada menos que a 1.600.000! (Esto, sin contar otros artículos cuya producción creció más aún, como las videocaseteras y hornos microonda). En el mismo lapso, el empleo —según las propias patronales— apenas creció un 12%, de 4.000 a 4.500 trabajadores.  En los últimos tres años, las patronales quintuplicaron la producción por trabajador, un “salto”  que ha sido totalmente acaparado por los capitalistas.


Según el ministro de Economía fueguino, Petro, esta situación de “bonanza” pertenecería al pasado, ya que “por primera vez en la historia, las industrias de Tierra del Fuego no tienen rentabilidad” (Río Negro, 29-5). Lo cierto es que las ventas de TV Color están superando aun a las cifras del año pasado, por la sencilla razón de que se aproxima el mundial de futbol.  Lo que ha estallado, en cambio, es una lucha entre las patronales y el gobierno en torno de los beneficios de la “promoción industrial”, pues a fines de 1992 el gobierno reimplantó parcialmente el IVA para los productos armados en la Isla. Las patronales iniciaron juicios por “derechos adquiridos” y decidieron no pagar el impuesto. A fines del año pasado —y en virtud del pacto fiscal—, el gobierno volvió a eximirlos del IVA, a condición de que desistieran de los juicios iniciados y pagarán los que hubieran acumulado durante 1992. Pero como las empresas se niegan a esto, el gobierno tampoco pone en marcha la exención completa de impuestos.


Ahora, las patronales quieren hacer de los obreros el pato de la boda en su negociación con el gobierno fondomonetarista, presentando al congelamiento salarial y a los despidos como síntomas de una “grave situación”. Lo cierto es que producen cinco veces más, que siguen sin pagar impuestos y que —por lo tanto— la razón está del lado del reclamo y de la lucha de los metalúrgicos fueguinos.