Políticas

6/11/2013|1292

Salta: El PO, la espada de Damocles sobre el PJ de Urtubey

Las elecciones generales del domingo 27 de octubre confirmaron en parte lo que habían mostrado las Paso de agosto, a la vez pusieron en evidencia el masivo apoyo a los candidatos del Partido Obrero y provocaron algo que muy pocos imaginaban hace algunos años atrás: que el trotskismo, desde Salta, pudiera incorporar un diputado al Congreso Nacional.

Los casi 20 puntos obtenidos por el candidato Pablo López que lo exhiben como el ganador de la elección en capital, ratificaron lo que habíamos adelantado en columnas anteriores cuando decíamos que era necesario que el Partido Justicialista, principalmente, hiciera una profunda autocrítica para encontrar los motivos por los cuales, de manera masiva, los votos habían comenzado a escapárseles de manera sistemática.


Este mensaje contundente que había enviado la ciudadanía en las elecciones de agosto y las Paso provinciales y municipales de octubre, no fue escuchado por la dirigencia pejotiana quienes, lejos de buscar en el intestino partidario las causas del abandono de sus votantes, prefirieron salir con un discurso agresivo, macartista y con descalificaciones de todo tipo hacia los candidatos obreros y sus votantes. Lo que finalmente provocó un efecto boomerang ya que el ciudadano, al ver tanta virulencia y nula autocrítica, decidió redoblar la apuesta y fue así como Cristina Foffani, candidata a senadora nacional pasó del 9,57% de votos en agosto al 17,11% en octubre, mientras que Pablo López pasó de un 11,36 a un 19,31% lo que permitió, por primera vez en la historia política salteña, que un candidato puro de izquierda desembarcara en la Cámara de Diputados de la Nación.


Esto crea también mucha expectativa con respecto a saber qué va a ocurrir finalmente el 10 de noviembre venidero cuando los salteños, por cuarta vez en el año, concurran a las urnas, ahora de nuevo con voto electrónico, para elegir a los candidatos que ocuparán por la ciudad capital una banca de senador provincial; 10 de diputados y 21 escaños de concejales.


Si se repite la performance electoral del último domingo de octubre, estaremos hablando de un contundente triunfo del PO, al menos en capital, que llevaría a que este partido obtenga la mayoría de las bancas en juego en el Concejo Deliberante capitalino, lo que los conduciría a presidir el cuerpo legislativo comunal en lo que sería otro hecho histórico en la vida política local.


Si esto ocurre, estaremos en presencia de una modificación profunda del mapa electoral provinciano ya que el Partido Obrero comenzaría a tener incidencia concreta en las decisiones que se tomen sobre la marcha institucional de la ciudad más importante de la provincia.


Esto es lo que preocupa sobremanera al conjunto de partidos tradicionales que se han venido "prestando" la conducción del órgano legislativo comunal desde 1983 a la fecha.


En efecto, desde hace treinta años, peronistas, radicales y renovadores se alternaron en la presidencia del cuerpo mientras que el PO, siempre con una representación escuálida, hacía una oposición de carácter testimonial pero no lograba que sus proyectos, la más de las veces, superaran el trámite parlamentario de las comisiones aunque sea. Ahora la cosa es distinta ya que hay quienes se aventuran a vaticinar que el PO podría obtener once de las 21 bancas en disputa provocando un verdadero "salteñazo", término que ya se repite con insistencia entre la militancia trotskista provincial, provocando el espanto de la dirigencia política tradicional y de algunos sectores conservadores de la sociedad quienes comparan esta posibilidad tangible, con el avance de Atila, el rey de los Hunos, en tiempos de las invasiones bárbaras a Europa.


La sociedad salteña, como ya dijimos anteriormente, se encuentra cansada de algunos rostros, de la falta de gestión y respuesta ante problemas de vieja data, y de la apatía de muchos burócratas, provinciales y municipales, ante el cúmulo de problemas que los vecinos deben enfrentar a diario.


Inseguridad, aumento de precios en la canasta familiar básica; falta de empleos genuinos, burocracia extrema en los ámbitos de gobierno; pereza en funcionarios que no funcionan; impotencia ante el avance de las drogas que cada día irrumpe en más y más hogares, sobre todo los más vulnerables son, entre otras preocupaciones cotidianas a las que se enfrenta el vecino, los elementos que conforman un coctel explosivo, socialmente hablando, y que debería llevar, obligadamente, a que el conjunto dirigencial político de la provincia encuentre caminos de diálogo que arrimen los grandes y necesarios consensos para así superar la voluminosa cantidad de problemas que agobian a los salteños. Cuartos cómodos en la capital, Rodolfo Urtubey y Evita Isa deberán, eternamente, agradecer a los ciudadanos del interior profundo y muchas veces olvidado el arribo a sus bancas, ya que a pesar del apoyo del gobierno nacional, del provincial, de los 58 municipios y de contar con todo el "aparato", el oficialismo sólo logró imponerse por un exiguo 4% al segundo, Juan Carlos Romero, a la vez que perdía 30 puntos respecto de la elección de 2011, aun cuando el propio gobernador Juan Manuel Urtubey otra vez en los últimos días, volvía a ponerse la campaña al hombro y salía a pedir, con desesperación, el voto para su hermano. El pedido no fue escuchado y así las chances de jugar en el tablado nacional de Juan Manuel en este post kirchnerismo, se redujeron considerablemente.


En lo que hace a la capital, el propio Miguel Isa y su grupo político más íntimo siguen analizando el por qué de este nuevo rechazo de los vecinos a la propuesta y los candidatos que el isismo alentó para esta contienda.


La respuesta quizás Isa la encuentre cuando repase los rostros de algunos candidatos que apoya y que resultaron, y los números lo confirman, verdaderos piantavotos que arriesgan ya no sólo una elección sino lo que es más preocupante, hasta la continuidad y la finalización sin traumas de la actual gestión, la tercera, que Isa viene llevando adelante. ¿Pero por qué se llegó a esto?, es la pregunta que por ahora sigue sin respuestas en los despachos oficiales y la sede partidaria pejotiana.


Así, las cosas, el peronismo, según el presidente de la Comisión de Acción Política, Manuel Santiago Godoy, va a encarar, en unidad, este nuevo desafío electoral, el más difícil que tuvo que enfrentar en los 30 años de vida democrática ininterrumpida que por estas horas estamos celebrando los argentinos.


De lo que pase el 10 de noviembre va a depender el futuro de los partidos políticos, sus dirigentes y por supuesto, de todos los salteños.


Esa elección puede patear el tablero y permitir que suban al escenario político nuevo actores.


Sería saludable porque obligaría a quienes pensaban que tenían el "pasto hachado" para siempre, a cambiar y mejorar su forma de representar y buscar soluciones a los problemas ciudadanos.


Hay quienes sostienen, por estos días, que el Partido Obrero se ha convertido en la espada de Damocles que pende sobre la testa del Partido Justicialista. ¿Será cierto?


Habrá que esperar.


Habrá que esperar en la noche del segundo domingo de noviembre, la última palabra sobre este tema, pronunciada como sentencia inapelable por el pueblo de Salta.


Será el momento en que "vox Populi", se convierte en "vox Dei".


 


Extraído del Semanario Nueva Propuesta