Carlos Ruiz es trabajador de Todolimp SA, una de las tres empresas tercerizadas propiedad de Eduardo Ramos, que acumula los cargos de secretario general de ATSA y diputado provincial, además de una fortuna amasada bajo el poder romerista.

Las tres empresas emplean unos 800 trabajadores, encargados de hacer la limpieza, el mantenimiento y la seguridad en los hospitales de Salta capital.

Ramos factura sumas millonarias al Estado. Sus empresas, conformadas en su origen por trabajadores de la salud que fueron obligados a retirarse del Estado, son un emblema de la política de desguace y privatización hospitalaria que desarrolló Romero y ahora continúa Urtubey.

Los 800 trabajadores cobran por debajo de la escala de convenio y están denunciando que ni siquiera se les provee de los elementos de seguridad (esta semana una inspección constató que los compañeros que trabajaban en el área de sida no tienen ni los guantes ni las botas necesarias…).

Carlos fue despedido esta semana por promover la formación de una lista opositora en este gremio de casi diez mil afiliados que Ramos dirige desde hace veinte años en base al fraude de las “listas únicas”.

El proceso electoral es completamente trucho; las maniobras de la burocracia buscan impedir la presentación de una lista; a esto se agrega el despido del compañero para disuadir al resto de los trabajadores.

Carlos, con el apoyo de los compañeros del PO, ha iniciado una campaña por su reincorporación y por elecciones limpias en el gremio, que recoge un amplio apoyo de los trabajadores hospitalarios.

Los compañeros están discutiendo la formación de Tribuna de Salud para dar esta batalla y todas las que vienen, por el salario y contra la privatización de la salud.