Políticas

27/6/2017

Salta: panorama tras la presentación de listas


La presentación de listas en Salta ha evidenciado un importante nivel de atomización en la burguesía.


 


El urtubeysismo viene de una ruptura con el Partido de la Victoria. Si bien este sigue apoyando al gobernador en la carrera presidencia y vota sus leyes en la Legislatura, intenta desmarcarse en las elecciones para captar las tendencias anti-Macri. Desempolvando para la ocasión su diatriba contra el neoliberalismo, intentan mostrarse como polo popular pero fracasaron en la tarea de aglutinar al kirchnerismo, que en mayor medida se ha quedado con Urtubey o Sáenz (ex candidato a vice de Sergio Massa), en tanto que otro pequeño sector ha formado otro frente con Kolina a la cabeza, secundado por Patria Grande, el PTP-PCR y el degenarismo. Sin la caja del Estado, los K se reciclan bajo la pollera de los oficialismos municipales de cualquier signo y se licuan como fuerza autónoma. En capital, por ejemplo, dos concejales hasta hace poco ultra kirchneristas se han pasado al bando del macrismo.


 


Cambiemos es el otro armado fuerte de la burguesía y tiene como máximo referente a un massista: el intendente (y ex vice de Massa) Gustavo Sáenz. El frente que ganó la capital en 2015 ahora marcha dividido: la UCR se separó y, si bien comparte sello para las nacionales, va por afuera para las provinciales. Por su parte, otro macrista, el sojero fascistizante Alfredo Olmedo, también va con lista propia. Busca apoyarse en la desmoralización antipolítica de un sector de la población para empujar una nueva devaluación que licúe los salarios en pesos y beneficie al capital agrario. 


 


En definitiva, tendremos al urtubeyisimo repartido en 6 listas a diputado nacional, 3 a senador por capital y 9 a diputados en el mismo departamento. En tanto que el “macro-massismo” presenta 2 listas a diputados nacionales, 1 a senador por capital y 5 a diputados.  En el interior la situación es muy similar y en los concejos deliberantes se agrava, completando un total de casi 300 listas. La dispersión no se resuelve con las Paso porque las listas adhieren a las candidaturas importantes pero no irán a internas, con lo que se presenta la posibilidad de tener múltiples candidatos provinciales del oficialismo y Cambiemos disputándose los cargos en las generales. Una suerte de ´ley de lemas´ de facto, que solamente deja en pie de las ´primarias obligatorias´ sus pisos proscriptivos. Ninguna reforma política puede poner límite a la descomposición de los partidos de la burguesía. 


 


Dirigentes se buscan


 


Los medio resaltan como novedad la presencia de muchos periodistas en las diferentes listas. Pero lo que intenta ser mostrado como una renovación de la política no es otra cosa que una improvisación, corolario de las rupturas y reacomodos permanentes. De fondo, el problema estriba en que los partidos que han venido gobernando los últimos 30 años están en disgregación, cuando no ante la necesidad lisa y llana de esconder o reciclar a sus viejos referentes. Por ejemplo, el PJ (el partido de gobierno) se ha quedado sin candidato propio en capital para el Senado provincial, algo inédito para una fuerza que, antes de su derrota con el PO, había ocupado esa banca por más de 20 años.


 


El nivel de entrevero, camuflaje y demagogia que presenta la elección salteña supera todo lo visto. Tendremos también a un derechista “republicano” como Bernardo Biella, que fue candidato de Olmedo y luego de la UCR, ahora junto al aparato del PJ. Estará el bailarín Walter Wayar con el Partido de la Victoria. Aunque los K lo presenten como progre, Wayar es reconocido por  haber sido durante 12 años el vicegobernador de Romero. Por último, Libres del Sur –alternativamente aliado a Massa o a Cambiemos en el resto del país– mantiene su apoyo a Urtubey y presentará candidatos en la interna oficial.


 


En este escenario, la candidatura de Pablo López por el FIT concentra una importante atención. Estamos hablando del diputado salteño que llevó por primera vez al Congreso el problema del vaciamiento petrolero, los tarifazos, desmontes, el saqueo minero y la pobreza estructural salteña. Estos últimos días nuestro compañero fue destacado incluso por nuestros adversarios por su proyecto contra el dietazo, que los otros diputados salteños rechazaron. La del FIT es la única candidatura con un programa popular y un referente de probada trayectoria de defensa de los intereses de los explotados. El oficialismo, en contraste, ofrece a referentes provenientes del radicalismo, del olmedismo y hasta el Partido Renovador, el partido de la dictadura. Cambiemos llevará a un periodista y un viejo referente radical muy poco conocido en la provincia. Ninguno tiene una trayectoria popular que se pueda reivindicar.


 


Otro hecho es la casi nula presencia de mujeres encabezando las listas patronales. Una referente romerista, la ex senadora nacional Sonia Escudero, denunció esta situación y hasta señaló a la ley de paridad de género como inútil para revertir el cuadro. Por nuestra parte, tenemos a Gabriela Cerrano, primera mujer en llegar al Senado por Salta, como la única candidata mujer de peso en el rubro, con el ingrediente extra de que deberá enfrentar a conocidos exponentes derechistas y clericales como Biella, Wayar y Durán Cornejo. Seguramente, todos ellos preparan una “santa cruzada” para recuperar el lugar perdido, que ha pasado de ser una escribanía de la oligarquía salteña a convertirse en una gran tribuna desde la llegada de Cerrano, quien desde su banca amplificó la denuncia contra los femicidios, la justicia cómplice y la impunidad reinante; y la lucha por el aborto legal, seguro y gratuito y contra la educación religiosa en las escuelas pública.


 


El Frente de Izquierda se presenta como una referencia popular con una amplia trayectoria y coherencia en la defensa de los intereses de las mayorías trabajadoras. El FIT estará presente en 14 municipios que representan el 80% del padrón electoral. Nuestras listas nuclean a los mejor de la izquierda y el activismo obrero; han despertado una importante expectativa y se plantea el desafío de mantener y ampliar lo conquistado. Vamos por ello.