Se está a punto de sancionar una ley que obliga a todos los partidos a realizar internas abiertas simultáneas. El romerismo quiere prohibir que quien sea derrotado en la interna, pueda ir en otras listas por fuera del PJ. En la última elección, Unidos por Salta le arrebató varias bancas e intendencias. Si esta experiencia se repite, el régimen romerista podría perder la mayoría automática con la que ha manejado el Parlamento. Romero busca colocar una suerte de corralito en el PJ y de paso regimentar la vida interna de los demás partidos. Ha establecido un sistema de adhesiones en las internas para que las listas se le adhieran en las categorías inferiores de candidatos, reinstaurándose así una suerte de ley de lemas al interior del PJ.

 

Además, Romero viene de avalar, incluso contra lo que establece una cláusula constitucional, la continuidad de un sistema de distribución de la representación que hace que el PJ acumule el 70% de los cargos con menos del 50% de los votos.

 

El PRS, que jamás ha hecho internas, va a apoyar la ley, en una muestra más de su convergencia de intereses con la camarilla romerista. Hace tres semanas votó junto al PJ, la prorroga por 11 años del contrato con el Banco Macro como agente financiero de la Provincia.