Políticas

14/11/2019|1572

Salta: un nuevo triunfo de los oficialismos en medio de la crisis capitalista

Gustavo Sáenz, gobernador electo, junto a Juan Manuel Urtubey.

Gustavo Sáenz intendente de la ciudad de Salta, macrista y ex candidato a vice de Sergio Massa, ganó la elección provincial con el 53% de los votos, 15% más de los obtenidos en las Paso. En torno de Sáenz se agruparon las fuerzas del régimen que viene gobernando la provincia hace 24 años con Romero y Urtubey, y a ellos se les sumó el PRO. Con el desarrollo del proceso electoral se fue produciendo un pasaje en bandada hacia Sáenz de candidatos, burócratas sindicales (como los de ATSA y ADP) y funcionarios de Urtubey, que inicialmente apoyaron al candidato del Frente de Todos, Sergio Leavy. Lo mismo ocurrió con candidatos locales de Alfredo Olmedo. La burguesía local en bloque apoyó esta candidatura que usói el poncho de Güemes como emblema, se presentó como la “representación general” de los salteños y hasta como un recurso para proteger a los provincianos en medio de la crisis. El mismo discurso que ha permitido a los oficialismos provinciales ganar elecciones desde marzo pasado en distintas provincias. Primero se despegaron de cualquier responsabilidad por la crisis nacional y su brutal impacto en una provincia con indicadores de pobreza cercanos al 50%. Esto a pesar de haber sido sostenedores en el congreso de todas las medidas del macrismo y firmantes del pacto fiscal que redujo los fondos provinciales en 4.000 millones de pesos este año. Aunque es un representante conspicuo del bloque oficialista se presentó incluso como la renovación, habló de limitar las reelecciones y apoyó, con éxito, candidatos de recambio en municipios que tenían intendentes con décadas en el poder.


Leavy se derrumbó del 46 al 25% entre la elección presidencial en la que fue electo senador nacional junto a la boleta de Fernández y la provincial. Su “Frente de Todos” pretendía realizar un reciclaje continuista de Urtubey, integrando a su ministro de hacienda como vice gobernador y a varios de sus intendentes, pero fue abandonado por el grueso de la burguesía local que acompañó a aquél.

Con estos resultados Sáenz se armó además de más de los 2/3 de los concejales en la capital y de un amplio bloque en ambas Cámaras que, a no dudarlo, terminará dominando por el proceso de cooptación sobre el PJ, el olmedismo y el PV, que con el triunfo se va a acelerar.


Sáenz se hizo fama de buen gestor de recursos para la obra pública en la ciudad ante el gobierno de Macri y desde ese lugar de “buen gestor” hizo su campaña. Claro que lo que viene, como hemos explicado, no lo arregla ningún “buen gestor”; lo que viene es un ajuste capitalista brutal que va a comenzar por la eliminación de la clausula gatillo que indexa sueldos de los estatales y seguirá por reducir a la mínima expresión la obra pública. Con seguridad Sáenz, de estrechos vínculos con Fernández, impulsará la versión local del pacto social para colocar un cepo a las reivindicaciones populares.


Nuestra campaña: resultados y perspectivas


El FIT-U que encabezamos los compañeros del PO reunió la misma votación que obtuvimos en las Paso a legisladores con algún crecimiento en ciertas categorías como la de intendente de capital donde llegamos al 4,52% y una caída a gobernador. En diputados y concejales de capital que es donde disputábamos la posibilidad de defender bancadas, quedamos fuera con porcentajes del 3,9%. En el caso de concejales nuestros votos permitirían ampliamente el ingreso de Jorgelina Franco, pero el piso del 5% mínimo obligatorio lo impidió. En medio de una gran dispersión de listas para los cargos legislativos, el piso proscriptivo ha dejado fuera de cualquier representación al 40% de los votantes.


Estos resultados consuman un retroceso en relación con cualquier registro anterior del PO o del FIT imponiéndose en la provincia la misma tendencia dominante a nivel nacional, que coloca a la izquierda en los márgenes de un escenario dominado por las variantes llamadas neoliberales y “nacional y popular” de la burguesía, que aparecen confrontando pero son vehículos distintos para aplicar el mismo ajuste capitalista.


Con seguridad afectó nuestros resultados la ruptura del grupo de Altamira con el Partido Obrero, porque fue un factor de desmoralización de una parte del electorado que no se explica la división pero la interpreta como una frustración. Por otro lado estuvo su actividad anti-electoral, anti-Frente de Izquierda e injuriosa contra los dirigentes del PO que ganamos ampliamente las Paso. En lugar de batallar contra el nacionalismo burgués que dominó la elección batallaron contra nosotros en modo “carroñero” y divisionista, haciéndose los intérpretes de la derrota. Criticaron un sesgo al “electoralismo y una tendencia a la cooptación parlamentaria”, que nunca fundamentaron, al tiempo que levantaban como consigna central la asamblea constituyente en su versión más conservadora, en medio de un proceso electoral ampliamente dominado por la burguesía. Luego proclamaron una indescifrable “revocatoria de los poderes” mientras abandonaban todo desarrollo de un programa de transición para sustraer a las masas del dominio del bloque oficialista en las elecciones. Se trata de una secta divisionista, funcional al dominio de la burguesía, un obstáculo que los revolucionarios debemos superar en Salta y en todo el país.


De nuestra parte, hemos hecho de todo este proceso electoral un escenario para reorganizar al PO, procesar esta crisis y abrirnos camino. Presentamos un programa provincial y también uno para la ciudad que serán una guía de acción porque va a empalmar con la experiencia de las masas contra la aplicación del ajuste capitalista. En ese sentido la campaña ha sido un enorme terreno de preparación política.


En esta elección como en las anteriores, nuestra movilización política y militante fue superior a la del grupo altamirista que sin embargo sigue diciendo que constituyen el 90 % del PO en la provincia. Solo en una semana distribuimos 40.000 declaraciones recorrimos los principales lugares de trabajo y estudio. El “grupo” terminó su “campaña” encerrado en su local en una charla con Daniel Blanco a la que asistieron no más de 30 personas… Iniciamos un plan de reclutamiento en capital e interior que abre nuevas posibilidades. Vamos por un amplio desarrollo entre los compañeros del Polo, la juventud y docentes. Continuamos con la presencia de la banca en diputados con la que daremos batalla en una etapa de desafíos extremos para la clase obrera y para desarrollar una gran agitación por una salida obrera a la crisis.


El contraste entre la expectativa popular y la política del gobierno de Sáenz no tardará en ponerse de manifiesto. Hemos preparado el camino para el desarrollo de una alternativa política de los trabajadores.