Políticas

21/10/2004|873

“Salvemos a las AFJP y liquidemos las jubilaciones”

El acuerdo con las AFJP re­presenta, como dijo Prensa Obrera, “un rescate del sis­tema de jubilación que había que­brado”. Les asegura que sigan co­brando las comisiones del 35% so­bre los aportes de los trabajadores, mientras el valor de las jubilacio­nes futuras continúa en la incertidumbre porque las AFJP siguen empapeladas de bonos de un Esta­do insolvente que, en el mejor de los casos, permitirá que los futuros jubilados cobren el 35 ó 40% del sa­lario. Clarín (17/10) sacó la lógica conclusión de que “un acuerdo de canje que llega hasta 2046 implica que esas entidades (las AFJP) se­guirán presentes…”; además, “el programa financiero del Gobierno se basa en que las AFJP financia­rán con la mitad de los nuevos aportes los servicios de la deuda”.


Pero hay más, como se puede ver en el “boletín oficial”, como se conoce a Página/12(25/9), que elo­gió en la tapa y de manera inusi­tada un informe del Banco Mun­dial con relación a las jubilacio­nes. No es cierto, claro, lo que di­ce el diario kirchnerista, que “el Banco Mundial admite, por pri­mera vez, que el sistema de jubi­lación privada no funcionó y su­giere volver a un sistema público”. Lo que sí dice es que “las reformas del sistema de pensiones en la re­gión tuvieron numerosos resulta­dos positivos. Por una parte, mejo­ró la sostenibilidad fiscal al disminuir las prestaciones en exceso generosas que se otorgaban en los sistemas antiguos, y si bien los costos de transición en algunos ca­sos fueron más altos de lo previs­to, los efectos de las reformas en las finanzas fiscales en general fueron positivos” (destacado de PO). El BM no sólo pondera que se hayan bajado los haberes jubilatorios del anterior sistema estatal, sino que también niega que las AFJP hayan contribuido a incre­mentar la deuda pública. Dice que “las reformas incentivaron el de­sarrollo de mercados de capital”, en referencia a la bicicleta finan­ciera que se armó con el endeuda­miento público. Más del 70% de las “inversiones” de las AFJP en América Latina están en papeles del Estado.


Lo que el Banco Mundial plan­tea es que el Estado asegure una jubilación de pobreza “casi universal” y que “por encima de esa cifra, que provenga del ahorro in­dividual en cuentas privadas” (Clarín, 17/10). Para la Argentina eso significaría “eliminar la PBU y la Prestación Compensatoria por los aportes al Estado hasta 1994” (ídem).


Esta propuesta del Banco Mun­dial tiene un alcance internacional. En el reciente Congreso de la Aso­ciación Internacional de la Seguridad Social (AISS), con la partici­pación del gobierno argentino, hu­bo acuerdo en “trasladar el foco de atención de la conservación de los ingresos a la reducción de la po­breza y a la cobertura de la asis­tencia médica básica”, esto porque el “empleo formal (es decir, el em­pleo remunerado con un salario) no se ha expandido” y “muchos traba­jadores tienen unos ingresos que son inciertos o irregulares o no tie­nen ingresos en absoluto”. Para “la AISS, los sistemas bien diseñados para reducir la pobreza podrían cu­brir las necesidades de los trabaja­dores y de sus familias mediante prestaciones pecunarias de subsis­tencia”.


En consecuencia, la propues­ta internacional es de un ingreso de subsistencia, que ronda el valor de la canasta de indigencia, que es precisamente el nivel don­de se encuentran hoy el sueldo y la jubilación mínimos en la Ar­gentina, y que las AFJP se en­carguen de “administrar” el aho­rro individual de los trabajadores “en blanco”.


Con el acuerdo con las AFJP, el kirchnerismo se ha convertido en un avanzado en la aplicación de los nuevos preceptos de seguridad so­cial del imperialismo mundial.


Ante esta nueva ofensiva reac­cionaria, el PO propone:


  • Jubilación universal del 82% del salario, móvil y ajustable automá­ticamente por inflación.
  • Sistema previsional único esta­tal, basado en el aporte exclusivo de las patronales y administrado por los trabajadores y jubilados.
  • Salario mínimo y seguro de de­sempleo equivalentes al costo de la canasta familiar.


 


Se salvó el curro previsional


 “Hay cambios que ocurren imper­ceptibles -escribió el domingo úl­timo Morales Solá en La Nación El acuerdo con las AFJP no sólo significó un buen puntapié inicial al proceso de reestructuración (de la deuda extema). Expresó algo más: ratificó la continuidad del sis­tema privado de fondos de pen­sión. ¿Noticia vieja, acaso? De­pende de por dónde se la mire”.