Políticas

17/3/2020

San Nicolás: el intendente Passaglia ajusta a la salud en tiempos de coronavirus y dengue

La Municipalidad de San Nicolás ha presentado su presupuesto para el 2020. El dato que no podía dejar de concentrar la atención el recorte al área de Salud mientras se expande la pandemia del coronavirus y el brote del dengue (y otras enfermedades como el sarampión). La partida asignada para 2020 es nominalmente apenas un 4% superior a lo presupuestado en 2019, tras una inflación por encima del 50%. Esto, cuando en las últimas horas se confirmó el primer caso de un infectado por coronavirus en la ciudad. 


El correlato de este ajuste presupuestario es el cierre de los dispensarios y salitas en los barrios, lo que lleva a la saturación del Hospital San Felipe. Allí, el intendente Manuel Passaglia lanzó el año pasado una ofensiva precarizadora contra enfermeros y profesionales, que fue respondida con movilizaciones de los trabajadores. 


La Municipalidad presentó como salida al cierre de los dispensarios la inauguración de un hospital en Zona Norte, pero que no cumple con las prestaciones básicas para ser considerado un hospital. Solamente brinda de atención primaria, como antes hacían las salitas, solo que ahora las familias deben que trasladarse largas distancias ante situaciones en las que antes podían atender en sus propios barrios.


Mientras recortan en Salud se incrementa el gasto en servicios de deuda en un 48%. Es el mismo plan de los gobiernos nacional y provincial, que prorrogaron los presupuestos de ajuste de Macri y Vidal, ya devaluados en un 50%, para utilizar los recursos del Estado para el pago de la deuda.


El cuadro se completa con el párate de la obra pública, cuando urgen obras cloacales, de pavimentación y de urbanización elemental en los barrios. Según datos del Indec, en 2019 el 35% de la población de San Nicolás se encuentra en la pobreza, y un informe el 3,6% vive en la indigencia extrema. La desocupación asciende al 55% entre los jóvenes. 


En respuesta, desde el Polo Obrero nos movilizamos tres veces en la última semana, para reclamar contra el recorte del transporte municipal -conquistado hace un año-, la entrega de alimento a los comedores que organizamos en ocho barrios, la creación de bolsas de trabajo en el municipio y un plan de obra pública en los barrios bajo control popular, además de protestar contra el cierre de los dispensarios y exigir un boleto estudiantil gratuito.


En lugar de orientar los recursos al pago de la deuda, debería abrirse una investigación de la misma y de todas las cuentas municipales, siendo la familia Passaglia (es decir, el actual y el exintendente, Ismael Passaglia) afronta causas judiciales por corrupción. Reclamamos una comisión independiente que investigue los posibles fraudes a costa del presupuesto municipal.


Exigimos además una partida extraordinaria para garantizar la provisión de insumos y la disposición de nuevas camas en el Hospital San Felipe y el de Zona Norte, y la reapertura inmediata de los dispensarios en cada barrio con insumos y profesionales bajo convenio para garantizar la atención primaria. Este presupuesto debe estar bajo control de los propios trabajadores de la salud.


Derrotemos el ajuste de Passaglia.