Políticas

27/10/2011|1200

Santa Cruz: el voto cautivo de un pueblo luchador

Santa Cruz, la provincia convulsionada por las grandes luchas votó, sin embargo, disciplinadamente a Cristina bajo la presión o la extorsión de que continúen ciertas obras decisivas -como la usina a carbón en Turbio, o las represas del río Santa Cruz en la zona centro. En términos generales, pesa mucho la propaganda de que Santa Cruz será beneficiada con aportes estatales mientras gobiernen los Kirchner.

Los trabajadores diferenciaron entre CFK y el gobernador, sin importarles el apoyo del gobierno nacional a la represión de las luchas. Es así que cortaron boleta a favor de Eduardo Costa, quien llevó en algunas de sus listas (cooptó) a activistas de la lucha en defensa de la jubilación, como así también de los distintos movimientos sociales, incluyendo varios ex izquierdistas. Por otro lado, colocó de vice a un radical K, Gardonio, además de atar su lista a cuatro candidatos a presidente y repartir por abajo las boletas de CFK y exhibir un cristinismo vergonzante. Indudablemente, empalmó con una tendencia que ya existía a castigar al gobernador por las represiones y pudo personalizar una campaña por el corte de boleta para la categoría de gobernador.

En las localidades petroleras, gana Cristina con votaciones inusitadas: por ejemplo, en Pico Truncado del 81%, donde Peralta pierde 56 a 42% contra Costa -vale decir que la mitad de los votos de Cristina cortaron al gobernador.

En Río Turbio gana con un promedio del 88% la presidencial, pero baja al 57% para Peralta. La contradicción del electorado, que diferencia entre candidatos que se juntaron para reprimir las luchas, es clarísima. Se otorga a CFK una posición de equidistancia, la cual es claramente ilusoria.

Costa montó un gigantesco aparato de colectoras, tanto por derecha como por izquierda, es decir que cooptó a una parte del liderazgo popular y generó la expectativa de derrotar al gobierno de Peralta. Así, logró llevarse la mayoría de los votos de los huelguistas, que lo veían como la única opción “posible” de cambio. Esta circunstancia pone de manifiesto el desarrollo escaso de una vanguardia política entre los trabajadores.

Peralta mantuvo la gobernación por escaso margen. El corte de boletas fue también importante en las categorías legislativas; hubo un voto en blanco masivo, que llega en diputados provinciales al 25%. Esta es la única expresión de repudio a represores, pero sin contenido político.

En los cargos municipales rige la Ley de Lemas, lo que amontonó boletas para el FVS. La muy mala gestión radical en Río Gallegos le permitió recuperar la capital al oficialismo. El radicalismo y otras fuerzas satélites sumaron cantidades impresionantes de sublemas, que apenas le alcanzaron en localidades pequeñas para lograr algún concejal.

Los K consiguen la mayor concentración de poder de toda su historia, superando el susto por la gobernación.

La izquierda

El Encuentro Ciudadano perdió la banca de diputados que había obtenido en 2007 (aquella vez fue parte del frente con Costa) y también perdió dos bancas de concejales en Gallegos y San Julián. En general, no superó votaciones de alrededor del 3% para las mejores categorías. Este frente que había sacado el 9% en 2009, incluyó ahora al MST, CTA, PTP y Libres del Sur.

El activismo más avanzado políticamente, que probablemente está en el sector docente, ha repartido sus votos entre el PO y el centroizquierda.

Entre los mineros de Río Turbio, casi un 10% vota a la Coalición Cívica en diputados para apoyar a Luis González (paritario de ATE), quien pasó del MST a las huestes de Costa y Llambías. Un 3% en esa zona vota a la izquierda y Altamira sigue tercero en la presidencial, como en agosto.

Las votaciones el PO en la zona petrolera reflejan que el sector se repartió entre el oficialismo y Costa.

Tanto en la cuenca carbonífera, como entre los petroleros de Las Heras, así como en Río Gallegos y Caleta Olivia, hemos tenido avances organizativos, se han sumado nuevos compañeros y se han abierto locales.

Las 30.000 cartillas provinciales, más varias miles de cartillas municipales que se elaboraron para cada uno de los pueblos, los varios miles de afiches pegados que reclamaban el voto a diputados y concejales de izquierda, la participación de nuevos cuadros del Partido Obrero en debates donde casi siempre tuvieron papeles destacados, permitieron crecer en comparación con 2007 en todas las categorías, pero muy por debajo de la expectativa creada por la elección de agosto. Respecto de agosto, bajamos casi la mitad de los votos.