Políticas

16/12/2010|1159

Santiago del Estero: Zamora, un agente de la soja y la represión

-Exclusivo de internet

En la provincia de Santiago del Estero, las organizaciones campesinas como el Mocase, así como familias campesinas, están siendo invadidas constantemente por empresarios.

Estos usurpadores cuentan con títulos apócrifos y apoyados en el poder político desalojan a los campesinos. En el Departamento Alberdi, se instaló una banda armada, con personas provenientes de Salta, para realizar trabajos de desmonte y alambrado bajo las órdenes de un empresario Cordobés de nombre Matías Bufaz.

Los desalojos están como regueros en varias zonas de conflicto de la provincia. Los parajes más afectados son los de Pozo Castaño, El Negrito, Villa Matoque, El simbolar. En este último, el desalojo de las familias dio como resultado ocho víctimas gravemente heridas por las guardias blancas -grupos comandos pagados por los empresarios que, trabajando junto a la policía, ingresan a los domicilios y corren a las familias a tiros y golpes, con quemas de ranchos o destrucción total de la vivienda.

El Estado provincial es conciente de lo que sucede. El martes pasado, mientras reprimían y desalojaban en el Simbolar, grupos de familias de Villa Matoque se encadenaban en la Casa de Gobierno. El Mocase se mantiene en alerta y está colocando carpas negras en localidades en conflicto. La carpa de la localidad de Vilmer se encuentra levantada desde hace dos meses aproximadamente.

Los reclamos del Mocase son los reclamos del campesinado en su conjunto, los que se orientan hacia la responsabilidad política del Estado en torno al retroceso de la región y provincia en su conjunto. Es por ello que uno de los puntos principales es separar de los cargos a la cúpula policial de la zona, así como a los ministros de Justicia (Daives) y de Gobierno (Neder). También se reclaman el juicio político de los jueces intervinientes y, obviamente, el cese de los desalojos.

Zamora, provocador de las sojeras

El gobernador de la provincia, ante todos estos sucesos, no hizo ni un amague de gesto para solucionar la problemática de los campesinos, sino que sobre esta situación aprovecha para lanzar un plan sojero. Las distintas familias junto a organizaciones campesinas se presentaron en la Casa de Gobierno para pedir ayuda y respuestas. Sin embargo, no salió el más mínimo apoyo a los campesinos, sino más provocaciones.

El gobierno de Zamora quiere medir fuerzas con los campesinos jugando al desgaste. Durante los planteos de negociaciones, fue constante la provocación al campesinado. El gobernador K adujo que no se puede negociar por el 100%, sino que tienen que ceder una parte a los que poseen los títulos (truchos) para poder negociar. Los compañeros campesinos del Mocase plantean el desconocimiento total de los títulos. Lo que Zamora plantea en este sentido es validar el título, aunque sea por menos hectáreas. Una política podrida de punta a punta.

Hay que tener en cuenta que las negociaciones se firmaron en junio/julio y recién en octubre los atendió. Al no avanzar las tratativas, llevan desde entonces la medida de la carpa y un corte de ruta a la altura de Vilmer, sobre ruta 34. Mientras el gobernador defiende y patea judicialmente los casos, las familias campesinas están siendo acribilladas, desalojadas por las guardias blancas, que son grupos de asesinos a sueldo que trabajan junto a la policía.

Desde el Partido Obrero planteamos la solidaridad con el sector campesino y llamamos a todas las organizaciones obreras, sociales, sindicales y estudiantiles a lanzar un plan de lucha que defienda los intereses de los trabajadores rurales y urbanos, bajo un programa en común.

Basta de desalojos y precarización laboral.

Titularización de las tierras.

Por asambleas de obreros y campesinos para organizar nuestros reclamos.