Políticas

15/7/2010|1137

Santiago: Juárez, Zamora y el Santiagueñazo

Tres días de duelo provincial con honores. Una formación de los Patricios y la Banda de Música de la Policía de la provincia acompañaron la llegada de los restos de Juárez al cementerio privado Parque de la Paz. Así, el gobierno de Zamora rindió homenaje a Carlos Juárez, quien el 2 de julio falleció a los 94 años. Distintas opiniones lo presentaron como el gobernador más joven de la historia nacional, el único que ocupó el cargo cinco veces, el que dominó políticamente la provincia por 50 años, el que le ganó una elección al propio Perón en la provincia o el mejor peronista luego de Perón y Evita.

Lo que debe destacarse es el homenaje de parte del gobierno de Zamora (integrante de la Concertación K), quien fue presentado como el hombre que venía a poner fin del juarismo y dar inicio de un nuevo ciclo político basado en el respeto de las libertades y los derechos humanos cuando asumió la gobernación de Santiago en 2005.

La provincia fue intervenida en abril de 2004, cuando el gobierno de Kirchner decidió actuar para disipar el proceso de movilización popular que tenía por base el reclamo de justicia frente al denominado “doble crimen de La Dársena”, que les costó la vida a Patricia Villalba y Leyla Bshier Nazar.

A partir de la intervención –apoyada por un arco unánime que incluyó a Solanas–, el matrimonio Juárez afrontó un prolongado proceso judicial por denuncias de secuestros, torturas y defraudaciones al Estado. Ambos fueron detenidos, incluso el ex jefe del servicio de Inteligencia provincial, Antonio Musa Azar, los implicó en varios delitos. Algunos le endilgaban responsabilidad en la muerte del obispo Gerardo Sueldo, crítico de su gestión.

Juárez también fue imputado como el jefe intelectual de la muerte de 30 personas en el período de 1973-77.

El propio Juárez –en una carta poco conocida que le escribió al represor general Jorge Olivera Rovere, en la que reclamaba la libertad de su esposa, detenida en 1977– se jactaba al destacar que “Mi provincia ha sido la única en la que no pudo actuar la subversión… ¿A qué se debió tan extraña circunstancia, máxime teniendo en consideración que estaba circundada en sus límites por un activo y agitado cerco subversivo? Simplemente a que allá sí se combatió con capacidad y en forma efectiva las causas generadoras de la subversión…” (Agencia Digital Independiente de Noticias).

Zamora está unido insondablemente a Juárez por otro hecho: el Santiagueñazo del 16 de diciembre de 1993.

En aquellos acontecimientos, las masas sublevadas le quemaron la casa a Juárez y expulsaron del gobierno al gobernador Lobo (que huyó escondido en una autobomba de los bomberos), pero también expulsaron a la nueva Legislatura que había jurado el 10 de diciembre, la que tenía como novedad una renovada bancada de 15 diputados radicales dirigidos por Zavalía, entre los que estaba el propio Zamora.

Bajo el régimen zamorista, Juárez y su esposa fueron finalmente eximidos de culpa y cargo por todos sus crímenes, y el viejo aparato represivo es hoy uno de los instrumentos clave del nuevo régimen para enfrentar las movilizaciones populares.