Políticas

2/1/1996|479

Sapag comenzó con un ‘menemazo’

La primera medida del nuevo gobierno de Felipe Sapag fue firmar dos decretos, por los que “anula el pago de horas extras”, “suspende toda la obra pública en ejecución”, “anula los adelantos de coparticipación a los municipios” y otra serie de medidas contra el salario y el empleo, en tanto para los empresarios anunció una moratoria impositiva y el compromiso de no aumentar el impuesto a los ingresos brutos. Este ‘decretazo’ sella también una flamante alianza entre el sapagismo y el PJ local (menemista).


El decretazo de Sapag obtuvo otros no tan ‘sorprendentes’ apoyos. La Comisión Directiva de ATE, reunida con el ministro de gobierno el mismo lunes, “… consideró que algunos aspectos del decreto… son justos, mientras otros no lo son, motivo por el cual habría que discutirlos en mesa paritaria” (Río Negro, 12/12/95). El presidente del bloque del Frepaso, por su parte “… se excusó de opinar hasta tanto no se conozca el resultado de un encuentro de bloque…” (La Mañana del Sur, 12/12/95).


Con más tiempo para analizar, el secretario general de ATE dijo que “… comparte en términos generales el contenido del decreto 44 (Río Negro, 13/12)” y el secretario de Prensa de ATEN “consideró que la norma dispuesta puede (como puede que no, N.C.)generar injusticias…” (ídem). Oscar Massei, del Frepaso, “… advirtió sobre las consecuencias legales de la medida” y “…sobre los serios vicios desde el punto de vista jurídico…” (ídem).


Acorde con la onda del decretazo, el nuevo intendente sapagista de la capital, cesó a contratados y anuló el subsidio de vacaciones de  220 pesos y toda una serie de bonificaciones salariales.


Es evidente que Sapag tiene un acuerdo anudado con el CTA y que la denuncia publicada en el diario Río Negro (y nunca desmentida) de que habría pactado con De Gennaro antes de asumir, es la pura verdad. Sapag luego anunció que en dos días enviaría a la Legislatura un proyecto de ‘ley de emergencia’  (es decir el ataque de fondo).


La ‘emergencia’ otorga superpoderes (gobierno por decreto y anulación de la Legislatura y toda la ‘democratización’ y ‘pluralidad’ que pregonó Sobisch y con él todo el arco democratizante), reduce los salarios y la jornada laboral, autoriza traslados compulsivos, pases a disponiblidad, que de no aceptarse en 30 días, se convierten en cesantes… lo que operará de pleno derecho (es decir, el quo no dice si, se va). Reintroduce la eliminación del plus por zona desfavorable en el interior y la modificación del pago proporcional de vacaciones de suplentes e interinos.


Para los empresarios, faculta al Poder Ejecutivo a refinanciar las deudas con el Banco Provincia y a afectar para ello los recursos de coparticipación y regalías.


Ante el nuevo paquetazo, la directiva de ATE   declaró “… que el proyecto viola compromisos asumidos por Felipe Sapag antes de la asunción” (Río Negro, 14/12), lo que es una clara alusión a su pacto con Sapag.


Aunque los adicionales y bonificaciones que se eliminan significan el 75% del sueldo, Julio Fuentes (Ate) declaró que “… no está en desacuerdo con los decretos 36 y 44 porque frente al descalabro existente el gobierno necesita una norma ordenatoria… (Río Negro, 14/12). Con esto, ATE se ha transformado en parte del orden patronal.


En Neuquén, está puesto a la orden del día un congreso de trabajadores que unifique los reclamos de ocupados y desocupados, de jubilados y jóvenes, en síntesis, de las masas explotadas, para votar un plan de acción contra el gobierno y la patronal.


14/12/95