Aunque la noticia fue cubierta por la sección de Economía de los diarios, el acuerdo de compra de Nextel por parte del grupo Clarín es uno de los hechos políticos más relevantes de la campaña electoral. Ocurre que siendo la distribución de contenidos a través de la telefonía móvil un negocio regulado por el Estado, es insensato creer que el grupo de Magnetto habría destinado 165 millones de dólares para comprar el 49% del paquete accionario de una empresa de telefonía en declinación, si no contara con el visto bueno de los candidatos que más posibilidades tienen de suceder a Cristina Kirchner. El propio diario La Nación, socio económico y político de Clarín, informa en su edición dominical del 20 de septiembre que la compra se realizó con el visto bueno de Scioli.

 

Sin embargo, el Afsca, de Sabattella, dijo no estar de acuerdo, y la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Aftic) amenazó con quitarle las licencias a Nextel y entregárselas a la estatal Ar-Sat. El argumento para ello es que la operación no contó con la previa autorización del organismo, tal como dispone la ley vigente. Sin embargo, la Aftic no logró reunirse para voltear la compra, a pesar de que La Cámpora detenta la presidencia. Rechazaron esta posición los directores que responden a la UCR y a Massa, pero también otros que fueron puestos por el gobierno.

 

La venia favorable de Scioli a Clarín fue pagada con creces por la ‘corpo'. A nadie se le pasó por alto que en el affaire Niembro el grupo de Magnetto fogoneó las denuncias contra el comentarista de fútbol y primer candidato a diputado del macrismo de la Ciudad. La caída de Niembro golpeó en la base de flotación del macrismo, desautorizándolo para encabezar una cruzada contra la corrupción kirchnerista. Este golpe ya ha encontrado traducción en las encuestas y se vuelve a hablar de un triunfo de Scioli en primera vuelta. Pero éste no sería el resultado de un crecimiento de Scioli, sino de la declinación de Macri.

 

El viraje del grupo Clarín hacia Scioli sigue el mismo recorrido que la mayoría de los grandes grupos económicos del país y del exterior. En una reunión en Estados Unidos se definió al candidato del FpV como un “liberal en el closet”, del cual saldría luego de asegurarse el triunfo el próximo 25 de octubre. Su “destape” traería aparejado un acuerdo con los fondos buitre, la búsqueda de endeudamiento rápido y una devaluación del peso de proporciones. Scioli, sin embargo, ha decidido acelerar los tiempos y mostró a su equipo económico en una puesta en escena especial en un teatro de la Ciudad. Kicillof ha quedado relegado definitivamente.

 

El acuerdo entre Scioli y Clarín sepulta definitivamente la ley de Medios, que ya había recibido un golpe decisivo con la aprobación de la nueva ley de telecomunicaciones. Ahora Clarín se vale de ella para montar su propio multimedia, con una pata también en la telefonía móvil. Al final, era cuestión de negocios.

 

El retroceso del macrismo deja la campaña electoral del oficialismo sin una fuente de extorsión para amenazar con la vuelta a la derecha. La campaña del Frente de Izquierda debe tomar este dato para interesar a millones de trabajadores y jóvenes.