La jueza a cargo de la quiebra, María Lacatos, decidió llamar a licitación nacional e internacional para la enajenación del Ingenio La Esperanza como unidad productiva. El ingenio tiene deudas con el Estado nacional y provincial por 200 millones de dólares, el precio base que dispuso la magistrada es de 40.266.871 millones de dólares: “El precio a mejorar la oferta está previsto por resolución hasta el 29 de octubre, con un nuevo llamado para de nuevo mejorar la cual no podrá ser menor del 5% a la oferta recibida en la primer etapa o sea desde el viernes 31 de octubre hasta el 7 de noviembre de 2008”. Los oferentes del regalito son: El Tabacal, Ledesma, Papelera del Norte y Emepa.

La Legislatura provincial aprobó, el pasado 2, una resolución en desacuerdo con la licitación. Los motivos: 1) el bajo precio de venta; 2) el plazo no permitiría la participación de más interesados; 3) los entramados de la jueza con empresarios…

El botín es importante: 12 mil hectáreas en condiciones de producción cañera, que en total se extienden en 75.000 hectáreas con el resto de la tierra, más la riqueza hidrocarburífica por debajo de la superficie, estudio realizado por la consultora Bruno Savignano y Asociados para la provincia.

Frente al desguace, quedan nada más y menos de 2.000 trabajadores, en su mayoría transitorios, los pequeños productores de las zonas colindantes y más de 70 mil habitantes entre las dos localidades; el pliego de condiciones sobre el personal no es impedimento en lo inmediato para comenzar a despedir. El Tabacal dijo que la mano de obra excede la producción por toneladas, para esto el adquiriente “debe disponer de 15 millones de dólares para indemnización si el trabajador renuncia a su empleo”. Una trampa legalista en contra de los derechos laborales y que nunca llega a los bolsillos.

El Partido Obrero vino planteando desde sus inicios en la provincia un plan de desarrollo industrial y urbano a partir de la estatización bajo control obrero y una fiscalización vecinal sobre la empresa y advirtió el papel del gobierno, sus estamentos, los síndicos y la burocracia, cuando por experiencia podemos decir acertadamente que las privatizaciones de nuestras industrias dieron fin a las oportunidades de crecimiento de los beneficios de un puñado. El Ingenio La Esperanza es una reserva de fuertes riquezas, ¿va a quedar en manos de los que representan intereses por fuera de los populares?

Ya no da para incertidumbres es hora de imponer al Estado una salida de los trabajadores.