Políticas

3/10/2013|1288

Se “chevroniza” la política energética nacional

En oportunidad del acuerdo de YPF con Chevron, el gobierno nacional emitió un decreto para darle marco jurídico a la entrega de los recursos. Uno de los puntos planteaba la posibilidad de dividir áreas petroleras o crear otras, de modo que Chevron se quedara con la porción "jugosa" y ya explorada de las áreas en cuestión y no con un territorio mayor con zonas de resultados inciertos. Además la creación de áreas "nuevas" permite violar los plazos de concesión, al considerar como tales a sectores ya concesionados y prorrogados. Todo esto formó parte de la denuncia del acuerdo con Chevron.


Ahora que el gobierno de Sapag festeja un nuevo acuerdo, esta vez con la empresa petroquímica alemana BASF, cuya subsidiaria es Wintershall, se volvió al método de dividir áreas y crear nuevas. Sobre el área concesionada a esta empresa, el ministro de energía neuquino señaló: "En esa área ya se ha descubierto petróleo y gas, se han cuantificado las reservas y en función de ello se ha demostrado que es rentable el proyecto, por lo tanto, se declara la comercialidad ante la autoridad de aplicación" (1/11/12, sitio oficial de la provincia de Neuquén).


A esta mesa servida —incluso con un gasoducto que construirá Enarsa y que asegura la venta del gas extraído, todo invertido desde fondos estatales— viene la alemana Wintershall de comensal. Sapag, por su parte, gestiona la inclusión de este acuerdo en los términos del firmado con Chevron (giro de utilidades al exterior, exportación sin retenciones, etc.).


Se "chevronizan" el país y la provincia.