Políticas

14/8/2014|1327

Se consolida la candidatura de Altamira

Se consolida la candidatura de Altamira (Ignacio Smith)

Una encuesta, concluida el 4 de agosto pasado, por la consultora Sures, en la ciudad de Córdoba, le concede a Jorge Altamira el 8 por ciento de los votos para las presidenciales del año que viene. Para el conjunto de la izquierda registra una intención de voto del 15 por ciento. En una grilla destinada al electorado que votaría a la izquierda en general, la preferencia por Altamira es del 61% de estos votos (sube a un 9,1 del total), la de Alejandro Bodart el 31% (4,5) y Nicolás del Caño el 8% (1,4). En las últimas presidenciales, en 2011, Altamira -candidato del Frente de Izquierda- había obtenido en la ciudad de Córdoba el 3,9 por ciento. La lista de diputados, en 2013, subió al 12,5% de los votos. Si se mantienen estas proporciones entre el candidato a presidente y la lista legislativa, el Frente de Izquierda podría superar, en hipótesis, el 25% de los sufragios, siempre en la capital de la provincia .

La encuesta ofrece una lectura todavía más sugestiva, porque atribuye el primer lugar al PRO, con el 18% de la intención de voto en la primaria y el segundo puesto al kirchnerismo, con el 16 por ciento. Es un escenario de ‘empate técnico’. La intención de voto a favor del Frente de Izquierda y de Altamira está por encima, por varios puntos, de la del Frente Renovador, del peronismo opositor y de Unen.

Como la encuesta ha medido las primarias, no las generales de octubre de 2015, queda en el interrogante cómo se alineará el electorado de frente a la elección general, cuando se conozca, después de las Paso, cómo ha quedado alineada cada fuerza. Podría ocurrir, por ejemplo, que la lista final de Unen premie a la derecha, lo que desplazaría hacia la izquierda a una parte del electorado que se identifica con el progresismo. Luis Juez, que en varias oportunidades recibió el apoyo del MST, Patria Libre y el Partido Comunista, ha comunicado su apoyo a la coalición del PRO con la UCR en las elecciones de intendentes que se harán en septiembre. Juez ya ha perdido a parte de su electorado a favor del Frente de Izquierda, y esto se volverá a repetir.

La tendencia ascendente que registra la encuesta para Altamira, fue registrada, por un lado, luego de los conflictos en las industrias metalmecánicas de Córdoba y de la movilización contra la instalación de la planta de Monsanto, y, por el otro lado, luego del ataque de la Legislatura contra nuestra diputada Cintia Frencia. Se impone la conclusión que estas experiencias han reforzado a la izquierda clasista ante los trabajadores.

Luego de la encuesta de Sures, se conoció otra, a escala nacional, de la consultora Agresco, que todo indica habría sido pedida por Scioli, a quien da ganador frente a Massa. Esta encuesta, que da a Altamira un 5,1% de intención de voto, ratifica otras de los últimos meses, lo que implica que se trataría de un piso relativamente sólido. Proyectando los indecisos, el propio estudio, el portecentaje se eleva al 6%. Vuelve a ser significativo, en este caso, que el sondeo haya tenido lugar en medio de las luchas contra los despidos y las huelgas docentes, y de los ataques de CFK contra las huelgas y de Capitanich contra el Partido Obrero. Unas semanas atrás, la consultora Celia Kleiman, registraba para Altamira 4 puntos. Se trata de un piso de un millón de votos para la categoría más difícil. Estamos ante una tendencia en crecimiento. Otra encuesta anterior, de carácter provincial, de la misma consultora Agresco, había otorgado una intención del 4,6% para Néstor Pitrola, en la categoría a gobernador de la provincia de Buenos Aires. Estos resultados deben ser valorados a la luz de que la atención de los medios está concentrada en la disputa electoral al interior de los partidos tradicionales, donde compiten numerosos candidatos.

Como resulta claro para cualquiera, Argentina se enfrenta a una crisis de régimen -tanto económico como político. La disputa electoral enmascara una disputa por determinar el desenlace de esta crisis. Esto ya ocurrió en 2001, cuando una elección de medio término, definió, más que una lista de diputados y senadores, la dirección que tendría el derrocamiento de De la Rúa. Estamos ante algo más que una intención de votos: se trata del carácter de la salida a la crisis. El crecimiento de las intenciones de voto por Altamira indica, con toda nitidez, que una porción creciente de trabajadores entiende que la izquierda, todavía minoritaria, observa esta disputa y puede convertirse, como consecuencia del desarrollo de esta crisis, en una orientadora política para grandes masas.


Pablo Heller