Políticas

1/4/1993|386

Se desenmascaran los impostores

Luego de una publicitada campaña de rechazo a la “privatización” de Hidronor, el gobernador de Río Negro, Massaccesi, acaba de acordar con el gobierno nacional los términos de la entrega de las represas hidroeléctricas. Al acuerdo se sumó el gobernador de Neuquén, Sobisch.


A cambio de la formación de un ente regulador y controlador del caudal de las aguas, del impuesto ambiental y de la seguridad de las represas, Sobisch y Massaccesi avalaron la venta en 700 millones de dólares de un complejo valuado en 5.600 millones. Aceptaron también que el Estado absorba la multimillonaria deuda de Hodronor y que los futuros privatizadores lucren durante los próximos 90 años con un mercado cautivo.


En realidad nada asegura que se cumplan las cláusulas de resguardo ya que todas las privatizaciones han sido formalmente acompañadas de “entes reguladores” que en la totalidad de los casos ni siquiera se formaron transcurridos uno o dos años de la venta de las empresas públicas. En Neuquén ya ha saltado un caso escandaloso de “descontrol” en la gran reserva petrolera de Puesto Hernández, traspasada a Pérez Companc. Según informa el “Río Negro” (26/3), el pulpo está perpetrando una catástrofe ecológica al arrojar enormes masas de residuos petroleros al río Colorado. Ahora que los gobernadores abandonaron su fingida oposición a la “privatización” habrá una fuerte presión para desinflar el movimiento de oposición que surgió en la región en defensa de Hidronor.


Pero desenmascarados los entreguistas, es la oportunidad de desenvolver el movimiento con un verdadero programa de defensa de Hidronor: anulación de la privatización, apertura de los libros, control obrero de las represas.