Políticas

11/3/2004|841

Se hunde el régimen de los Saá

Derecha y centroizquierda se juntan

sobre la base de un informe de Ricardo Delupi

El cuadro de situación en San Luis es el siguiente:

 

Hay un profunda movilización de los trabajadores de dos de los más importantes gremios.

 

Por un lado, los docentes resisten el intento del gobierno de Alberto Rodríguez Saá de meter interventores “normalizadores” en las escuelas, violando el Estatuto. Hay una estado de asamblea en todas las escuelas; en dos de ellas los docentes impidieron la entrada de la intervención. La complicidad de la burocracia de Ampya y su secretaria general, Delia Vilches, ligada al gobierno provincial, ha llevado a la organización de los docentes en otro gremio, Asde, que es el que está a la cabeza de la organización de toda la lucha junto a padres y vecinos.

 

El otro gran conflicto es el de los trabajadores municipales de la Capital, que no cobran sus haberes como resultado de que no hay gobierno municipal (o hay dos). El jueves, los municipales se movilizaron hasta la Legislatura provincial, donde tiene su sede la “intendenta” Torrontegui, elegida en las elecciones convocadas por los Rodríguez Saá, cuando ya se había elegido otro “intendente”, Pérsico, un mes antes, en elecciones convocadas por el en ese entonces intendente Ponce, enfrentado a los Saá. Pérsico ocupa la sede municipal. La presencia de dos “intendentes” no ha sido aún resuelta por la Justicia y revela una de las crisis más profundas del régimen de los Saá. Lo cierto es que ambas elecciones se caracterizaron por la casi nula participación del electorado y la ciudad, hoy, es tierra de nadie. Los municipales salieron a reclamar el pago de sus haberes (Saá congeló los fondos del municipio y la Justicia otorgó los fondos de la coparticipación a Torrontegui) y fueron brutalmente reprimidos. La acción de los trabajadores fue de una gran firmeza frente a la represión.

 

A este cuadro se agregan los trabajadores viales; la federación, en concomitancia con el gobierno, pretende intervenir la regional. La regional resiste y recibe el apoyo de otras regionales.

 

El cuadro de efervescencia de los trabajadores es el telón de una crisis entre la Iglesia y el gobierno provincial. La Iglesia quiere recuperar los predios donde funcionaron, bajo su férula, el Hogar de Ancianos, el Hogar de Niños, etc. La comunidad laica se movilizó con marchas del silencio (dos marchas, de aproximadamente 3.000 personas).

 

En la Colonia Hogar, el sacerdote a cargo resistió en la casa pastoral; el gobierno envió cuadrillas de provocadores del Plan de Inclusión Social, incluso durante la noche.

 

Los medios informan ya de un intento de relevo de “el Alberto” (Rodríguez Saá, gobernador y hermano de “el Adolfo”); este último está convocando a una camada de líderes del PJ para reemplazarlo.

 

Por su lado, a través de la Iglesia y el poncismo, con la Unión Industrial y la Cámara de Comercio (y el apoyo de ATE y la CTA) están armando un polo opositor.