Políticas

19/11/2009|1109

“Se les viene la noche”


Estamos dejando atrás una generación de delegados muy afirmados con ideas peronistas, de una subordinación total al sindicato, hay un gran recambio de delegados y esta camada no se come el verso de que todo tiene que estar regimentado por el sindicato o las leyes laborales. Y están dispuestos a revalidar los métodos más democráticos, asambleas y resoluciones por fábrica. Va a ser duro, pero tenemos lo más importante: los compañeros nuevos que no se aguantan, digamos, que se descargue la crisis sobre nosotros.


–En el sindicato hay mucho de parar la mano. Cuando los delegados hacen cosas nuevas, tratan de impedirlo. Si buscamos respaldo en el sindicato, no lo encontramos. Entonces queremos cambiar la ideología de la UOM para encarar los derechos de los trabajadores de la manera que creemos que es. Los compañeros discuten la política de las empresas, que hacen lo que quieren, los jornales, las condiciones de trabajo, y que no tenemos un sindicato para detener los vicios de los patrones. Es la famosa frase “que la crisis la paguen los trabajadores”: quieren echar gente, suspender, sacarnos beneficios, derechos adquiridos. Quieren que la crisis la paguemos nosotros y la crisis es de ellos. Si la empresa se queda con todo lo que gana, que se haga cargo de todo lo que pierde. Me parece que todos los compañeros piensan más o menos lo mismo. Se nota una gran rebelión en las fábricas y una clara oposición al sindicato. Los metalúrgicos, como los trabajadores de distintas ramas, necesitamos una representación genuina para reclamar nuestros derechos.


–A nivel metalúrgico, se está tomando una nueva conciencia. La clase obrera le da la espalda al gobierno y a la burocracia. Me parece una buena oportunidad para que nos armemos, para que nos formemos… la clase obrera está en rebelión contra esta línea del gobierno, la burocracia y las suspensiones y contra estas paritarias de la UOM, con un aumento que es una cargada. Eso desató la bronca y dio una pauta al trabajador para abrir un nuevo camino de lucha. Tenemos que ir con todo contra la burocracia y hacer un sindicato de los trabajadores. Es lo que refleja hoy la clase obrera de cualquier sindicato, apoya la lucha del Subte, la de Kraft. Eso es todo.


–Yo quisiera poner otro tema, el de las empresas contratistas. Las metalúrgicas, pero mucho más las siderúrgicas. Lo mal llamado “tercerizado”, que no es otra cosa que precarización del trabajo. Un trabajador de una tercerizada gana un 60 ó 70% de la planta permanente. Somos todos UOM, pero desde hace quince años hay esa división entre trabajadores de una misma empresa: “Vos tenés tantos beneficios y vos tenés menos por ser contratado, pedile a tu empresa contratista”. Cuando se plantea el tema, los dirigentes no ponen mucho énfasis porque están metidos en las tercerizadas. Obviamente somos todos iguales, pero para que se reconozca hay que seguir una lucha. Un delegado de la tercerizada tiene que pelear con su empresa, después con la empresa que contrató esta empresa y después pelear con el sindicato.


–Yo quiero acotar que la juventud antiburocrática no se siente representada por el gremio. Tenés que discutir con ellos tanto como con las patronales. Te ponen trabas, te entran a meter miedo, te trabajan las emociones. Pero los compañeros no se comen el verso, están pidiendo un cambio. No se sienten conformes. Esta camada tiene la ventaja de haber vivido el proceso desde 2001. Sabe que si puede caer un gobierno, si pueden lograrse las 6 horas en el Subte, si pueden cambiarse convenios colectivos de trabajo… ¿por qué no se puede reemplazar la dirección de un sindicato? A veces, se lavan la cara con personajes incendiarios pero que a la hora de los bifes arrugan como Caló y Belén lo hacen desde hace cuarenta años. Tenemos también esa experiencia. Los compañeros ven que Kraft y el Subte tienen ligazón con lo que piensan.


Cuando no alcanza el salario, cuando el compañero no tiene para pagar la luz y alimentar a su familia, se terminan las palabras y los dirigentes y, naturalmente, quiere pelear.


–Nuestros salarios son los más bajos de la industria: 1.600 pesos de bolsillo, menos que el plástico. Por eso no pueden pisar las fábricas, a Caló lo putearon. Para lo único que hicieron congresos las seccionales en los últimos tiempos es para pedir sanciones a delegados, en Córdoba, en Campana, lo quieren hacer en Morón. El ánimo de esta Conferencia es decir “los trabajadores estamos buscando la salida política para que la crisis la paguen los capitalistas”. Si para eso hay que echar a la burocracia sindical, estamos dispuestos. La UOM es un gremio estratégico porque se manejan todos los insumos para la industria. Si logramos poner una dirección clasista y una medida de fuerza firme, se para la industria. La burocracia vio durante el plan de lucha que la base tenía cuerda propia, que quería piquetes, corte de rutas, toma de fábricas. No es casual que desde entonces no llamen a congreso, tienen miedo que los obreros le digan “por qué no apoyamos a Paraná Metal, a Mahle”.


–Lo que más le preocupa a Belén es la organización independiente de los trabajadores. El fue colaborador de la dictadura militar, hizo las listas para los milicos, limpió al gremio de compañeros. En Siam había 3.500 trabajadores, cuando cerró Aurora quedaban 600. Rajaron miles de compañeros, son corresponsales de toda esta política. Se encargaron muy bien de que no haya delegados combativos porque los denunciaron a los milicos, y ahora piden congresos para rajar a los delegados combativos. Nuestra tarea es generar un movimiento de envergadura en el gremio, a nivel nacional, capaz de desalojar a la burocracia sindical en serio.


–Belén sale a decir que no jodan porque la burocracia le hizo muchos favores a este país; hay que leer que le hizo muchos favores a las patronales. El secretariado de la UOM lo manda a hablar a Belén, hombre de la Jotaperra de los ‘70, en contra de la “zurda loca”. Para ellos, la “zurda loca” es todo trabajador que reclama lo que le corresponde. Pero no hay que olvidarse que en el secretariado también está el Barba Gutiérrez, que en los ‘70 estaba en la Juventud Peronista y ahora está aliado a tipos como Curto. Se juntaron para repartir un Peugeot 307 para cada secretario general del país mientras en la obra social no hay ambulancias. Pero como dijo hoy Pitrola, “pobrecitos, están perdidos”. Que hoy acá estén reunidos casi 50 delegados de UOM de todo el país demuestra que estamos buscando una salida que va más allá de la UOM, que es de todo el movimiento obrero. Se ven venir la noche.