Políticas

8/11/2021

Se necesitan más de $150.000 para vivir en CABA

Es lo relevado para abordar gastos de bienes y servicios de una familia de clase media.

Un relevamiento realizado por el Centro de Educación Servicios y Asesoramiento al Consumidor (CESyAC) ubicó en $156.096 el monto necesario para cubrir los gastos y servicios de una familia de clase media en CABA. A días de conocerse el dato de la inflación de octubre, el deterioro en los salarios deja en offside a un gobierno que intenta disimular su política ajustadora.

El informe en cuestión estima necesarios $116.339,43 (74%) para la contratación de servicios básicos para el hogar –alquiler de vivienda, gastos de un auto de 10 años de antigüedad, medicina prepaga, etc.-  y $39.757,49 (26%) para la adquisición de productos de consumo masivo.

Lejos de la vida que queremos

El presupuesto en cuestión es una estimación de los recursos necesarios para satisfacer cierto nivel de vida al cual aspira la mayoría de la población, que implica el acceso a una vivienda, consumo de alimentos y otros bienes, recreación y alguna comodidad básica.

La cifra en cuestión se encuentra lejos del promedio de los ingresos salariales informados por el Indec para el segundo trimestre del año, que osciló en los $47.232. Suponiendo que ambos integrantes adultos de la familia cuenten con trabajo, estos estarían aún lejos de pertenecer a la “clase media”.

El dato es aún peor si tomáramos como referencia el salario mínimo impuesto por el gobierno, el cual se encuentra en casi $32.000, y del cual dependen millones de prestaciones, jubilaciones y beneficios sociales, así como trabajadores no regularizados.

Para el caso del sector asalariado en mejor posición relevado por el Ripte, integrado por quienes cuenta con aportes regulares y son parte del sector privado, el promedio salarial se encuentra en $94.157,71. Harían falta un salario como este y otro salario que cubra la Canasta Básica Total ($70.532) para encontrarse por arriba del umbral de la clase media: aunque esta situación es más que privilegiada en una economía donde prima el desempleo y la precarización laboral.

Siguen atacando a los salarios

El gobierno se ha esforzado en montar una campaña que pretende ignorar el ajuste sobre los trabajadores y el ataque a los salarios, algo que salta a la luz con cada medición de la inflación, mes a mes, y con los saltos en la devaluación del peso argentino y, por ende, también los salarios.

El relanzamiento de medidas fracasadas como el control “militante” de precios y los “acuerdos” con las patronales de la alimentación no ha servido como dique de contención de los precios, que desbordaron nuevamente el umbral de los 3 puntos en septiembre (3,5%) y todos esperan que vuelva a hacerlo en octubre, cuyo dato se conocerá tres días antes de los próximos comicios.

Otro dato relevante son la presiones hacia la devaluación del peso, que han ampliado la brecha cambiaria y llevado a los salarios (medidos en dólares) a pisos históricos. Calculado según el valor del Dólar Bolsa, el salario Ripte promedio alcanzaría solo a unos US$489 por mes: un valor asimilable al piso pos crisis del 2001. Esto afecta particularmente a los trabajadores, ya que las patronales trasladan los precios y sus expectativas devaluacionístas las góndolas, mientras que los salarios pierden capacidad de compra, particularmente en los bienes con componentes importados o atados a precios internacionales.

Por esta ruta, el gobierno estaría cerrando el año con una inflación similar a la que dejó el macrismo (54%) al culminar su mandato, lo que implicó un ajuste sobre millones de trabajadores, jubilados y desocupados, y un empeoramiento de las condiciones de vida de la población.

La salida a esta situación demanda una recomposición general de los salarios, partiendo de un piso equivalente a la Canasta Familiar medida por la Junta Inter de ATE-Indec de $112.243, por medio de la reapertura de las paritarias y la indexación de los salarios contra la inflación. Esto implica una reorientación de fondo en la política de ajuste impulsada por el gobierno, que ponga en manos de los trabajadores el control de la cadena de precios y los resortes de la economía, rompiendo con el FMI y abriendo paso a una salida de los trabajadores. Ese es el camino que propone el Frente de izquierda Undiad.