Se viene el desenlace

La lucha de los trabajadores de la salud ya ha recorrido varias etapas y superado numerosos obstáculos, profundizando y extendiendo su plan de acción para conquistar un piso salarial de 3.000 pesos, la insalubridad y su valoración a la hora de la jubilación (82% móvil), y la incorporación a planta permanente de los más de 5.000 profesionales y no profesionales. Estos revistan en condición de becarios, monotributistas, contratados, interinos, y otras formas de precarización laboral.

En la semana que transcurrió hubo un nuevo paro sin concurrencia al trabajo y movilización, que esta vez supero a las 5.000 personas. La movilización se adelantó un día para que coincidiera con la de autoconvocados de los jubilados de la Plaza.

El bloque sojero irrumpe en escena

La novedad fue la aparición de un bloque político alineado con la estrategia de las organizaciones sojeras. En la última asamblea general autoconvocada, uno de los delegados de la Maternidad arengó con la necesidad de levantar los paros, y otro propuso formar una “multisectorial” que integrarían la UCR, la Federación Agraria y la CTA. El orador no reparó que estaba planteando una alianza con un sector de capitalistas más negreros aun que el gobierno.

El delegado de la Maternidad destacó también que se debía pasar a discutir la formación de un sindicato vinculado con la Feprosa, una federación que agrupa sólo a los profesionales y ya tiene una filial en la provincia (AME, Asociación de Médicos Empleados), que se encuentra en la vereda de enfrente. Este planteo es sostenido con diferente peso en el conflicto por todo el bloque que va desde la UCR y sus aliados en la ACC, el PCR y el MST, pasando por la mayoría de las direcciones de los colegios profesionales. Desde este bloque se ha pedido que la Iglesia tome cartas en el asunto y se ha reunido con el cardenal Bergoglio.

En la última marcha, un intento de parte de la dirigencia de la UCR por hacerse del micrófono fue impedido por un sector de delegados hospitalarios. Ahora están anunciando que los “productores autoconvocados”, o sea los sojeros que le han declarado un lock-out de ocho días al gobierno nacional, se movilizarían para sumarse a las movilizaciones de los trabajadores de la salud.

Entretanto, la aplicación del descuento de los días de paro y quite de colaboración, que afecta a prácticamente todo el suelo, ha provocado una repulsa generalizada. En la última asamblea general, varios delegados demostraron que hay fondos y cómo obtener otros, por ejemplo con un impuesto extraordinario a los ingenios azucareros que tienen ingresos extraordinarios.

Por su parte, el gobierno anunció, a su vez, que va a retomar el diálogo con los representantes de las organizaciones institucionales (ATSA, AME, colegios profesionales y que podría invitar a algunos autoconvocados) para discutir la reforma de la Ley de Carrera Sanitaria. Pero en todos los mandatos se ha vuelto a señalar que los autoconvocados no se van a sentar con ATSA y AME, y que solo irían a la negociación con sus propios representantes, sin levantar las medidas de acción y con la condición de que la asamblea general sea la que en ultima instancia decida sus resultados. Entramos en la fase de desenlace de la lucha.


Dos maneras de desinformar

Son dos las formas de provocación mediático política contra la lucha de la salud.

La información sobre las recientes marchas en los medios no oficialistas, comenzando por La Gaceta y otros, se caracterizó por ningunear, por ejemplo, al PO, y destacar la presencia de la UCR, el campo y hasta la Iglesia (había un cartel que planteaba “Viva el Papa”).

En los medios oficialistas, en especial el Canal 10, se dio todo lo contrario. En las imágenes de la marcha disolvieron las imágenes de los carteles de los diferentes hospitales y centros de salud, para congelar la imagen con un cartel gigante del Partido Obrero, y alimentar con ello la idea de que el conflicto está motorizado por la izquierda.

Daniel Blanco