Senillosa obtiene otra victoria sobre Sapag
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Los pobladores de Senillosa (a 50 km. de Neuquén Capital, cuenta con 7 mil habitantes) están acostumbrados a la lucha y los sacrificios. Gran parte de ellos provienen de las grandes obras y de huelgas como el Choconazo, la de Piedra del Aguila, etc. Por eso, cuando hace dos años cortaron la ruta, enfrentando a la policía en reclamo de la apertura de puestos de trabajo, fue uno de los primeros actos de lo que hoy es el masivo movimiento de desocupados en la provincia.
A modo de “seguro de desempleo”, cientos de ellos están contratados en el municipio local. Sin fuentes de trabajo en la zona, dependen del conchabo municipal, de los “subsidios” de la ley 2128 y de changas afuera (más al interior de la provincia).
Cuando a principios de septiembre el intendente (MPN, de la misma línea interna que Sapag) se mando el decretazo de reducción horaria de 7 a 6 horas, con la consiguiente reducción salarial a centenares de trabajadores municipales (nucleados en ATE), puso el dedo en la llaga. Cuando luego el Consejo Deliberante promulgó el decretazo, terminó de poner presión a la caldera social.
Ante la inminencia del cobro con la rebaja a principios de octubre, el martes 1ro. se reunió una asamblea popular en el gimnasio, que no por casualidad es el del Club de ex obreros y empleados del Chocón.
Allí más de 300 trabajadores votaron movilizarse a la casa de Gobierno en Neuquén Capital. La propuesta de formar una multisectorial” del tipo CTA encontró resistencia: “No pocos asambleístas expresaron sus dudas en cuanto al funcionamiento de un nucleamiento de ese tipo y pidieron medidas más drásticas…” (Río Negro, 2/10).
Finalmente se conformó una comisión con desocupados, pequeños productores agrícolas, gremios, etc.
El jueves 3, en 10 micros y decenas de ¡ autos, unos 500 senillosenses (más del 10% de la población mayor de 15 años) marcharon a Neuquén y se movilizaron hasta la casa de Gobierno. A una semana de la multitudinaria movilización del paro de 36 horas que hizo tronar los bombos en la puerta del despacho de Sapag, nuevamente los reclamos golpeaban en las puertas del gobernador.
Vinieron los trabajadores municipales, pero también los docentes, algunos bancarios, los desocupados, amas de casa, jóvenes (muchos jóvenes). Y tras varias horas de cabildeos bajo el constante sonar de los bombos, la comitiva que ingresó a negociar con las autoridades del gobierno salió con los pulgares en alto: se había conseguido, una buena parte de los reclamos.
El secretario general del CTA, que ofició de vocero del grupo negociador, informó que se había reculado con la reducción horaria y que se volvía al salario anterior. Que para septiembre (ya trabajado con jomada reducida) no iba a haber quita de salarios.
Se consiguió una ‘ayuda extra’ para los que tienen el gas y la luz cortados, además del mantenimiento de subsidios por desempleo, el inicio inmediato de obras de cordón cuneta. Para los pequeños productores, no propietarios de las dos hectáreas promedio que trabaja cada uno con su familia, el gobierno otorgó una ayuda especial, sin necesidad de ofrecer garantía.
Ante la requisitoria de una de las mujeres presentes acerca del reclamo de la expropiación de tierras (anunciada por Sapag hace tiempo), el secretario del CTA manifestó que se planteó la expropiación y entrega a quien la trabaja en vez de un sobreimpuesto a las tierras improductivas, ya que, dijo, “no se trata que un pulpo las ponga a producir y transforme a toda la población en peón de esa explotación”. Se manifestó contrario a solicitar créditos, para que se los queden los vivos de siempre.
La pueblada de Senillosa se inscribe en el camino del cutralcazo, por sus métodos y por sus resultados, y empalma con otros hechos de lucha, con la asamblea popular en Picún Leufú ante la sequía del curso de agua que riega la zona de chacras, las luchas de los ceramistas y de los municipales de Alien.