Políticas

20/7/2022

Sigue cayendo el consumo popular, al compás de la caída salarial

Por quinto mes consecutivo cayeron las ventas en los comercios de cercanía.

Cayeron las ventas en almacenes de barrio, supermercados minoristas y pequeñas cadenas del interior del país

Según la firma Radar Scanntech, por quinto mes consecutivo cayeron las ventas en almacenes de barrio, supermercados minoristas y pequeñas cadenas del interior del país, al descender un 4,5 por ciento medido en cantidades.

Las cifras corresponden a la firma que recopila en tiempo real los datos de productos, marcas, y precios que brindan cada uno de los 3,7 millones de tickets mensuales que emiten estos pequeños comercios, los cuales por tener pequeñas superficies no son en muchos casos relevados por el Indec. Entre los rubros relevados, Alimentos superó el promedio de caída, al bajar su consumo un 6,4 por ciento interanual, en un guarismo solo superado por Cuidado Personal, que cayó 8 puntos, mientras que Limpieza fue el rubro que menos cayó, pues solo disminuyó un 0,7% mensual. En paralelo, Bebidas fue el único que experimentó una suba, puntualmente un 1,2 por ciento (El Destape, 19/7).

Este cambio en el consumo popular está estrechamente relacionado con la disparada inflacionaria, que en la primera semana de julio en el rubro de alimentos trepó al 2,5%, lo cual marcó una aceleración de 2 puntos respecto de la semana anterior. Si bien ese fue el promedio, hubo subas mayores, sobre todo en productos de la canasta básica, afectando directamente el bolsillo de los trabajadores.

En lo que va del año, según los datos del Indec de junio recientemente publicados, el precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas acumuló una suba de 39,9 por ciento. En tanto, en el último año, entre junio de 2021 y junio de 2022, el incremento de la categoría trepó al 66,4 por ciento.

Las políticas que aplica el gobierno, dictadas por el Fondo, no hacen más que alimentar esta escalada inflacionaria que afecta al bolsillo popular; mientras los salarios corren por detrás de estos índices. La salida de Feletti y Hang de Comercio Interior no cambiaron el rumbo del gobierno en materia de “control de precios”. La llegada de Batakis en el Ministerio de Economía, por el contrario, reforzó el camino emprendido: recorte en cantidad de productos y aumento de los precios en el programa Precios Cuidados, la negativa de aumentar las retenciones a las patronales del campo, y un impulso de subas de precios en los “precios regulados” (gas, electricidad, telefonía, internet, televisión por cable, agua, transporte público, y prepagas).

A su vez, los salarios y las jubilaciones continúan siendo víctima de la corrida inflacionaria y cambiaria que seguirán perforando los ingresos de los trabajadores. La canasta básica total (CBT), que establece la línea de pobreza se ubicó en $99.670 y la canasta básica alimentaria (CBA), que establece la línea de indigencia, se ubicó en $44.499 (Página12 22/6). En tanto, los números afirman que el salario mínimo vital y móvil de $45.540 y la jubilación mínima de $37.524,96, no solo no alcanzan para cubrir la canasta básica total sino que rozan la línea de indigencia, lo que manifiesta que el gobierno se ocupa de que los salarios y las jubilaciones no se remarquen al mismo tiempo que los precios (Prensa Obrera, 13/7).

En este cuadro, se impone la necesidad de un paro nacional y plan de lucha, para que los trabajadores se abran paso a intervenir de manera independiente en la crisis. La lucha callejera del movimiento piquetero y el sindicalismo combativo, con el Sutna a la cabeza, coloca sobre la mesa la necesidad de una recomposición salarial que lleve al salario mínimo igual a la canasta básica.