SKANSKA | Nadie irá preso

La Cámara Federal porteña invalidó una de sus pruebas más importantes de la causa sobre el caso Skanska, que investiga los sobornos que la empresa sueca habría pagado a funcionarios K por la construcción de una planta compresora en Deán Funes. Consiste en una grabación donde el gerente Javier Azcárate y el auditor Claudio Corizzo hablan sobre los sobornos en los contratos con Transportadora Gas del Sur (TGS) y Transportadora Gas del Norte (TGN). Corizzo le pregunta a Azcárate cómo se distribuyó el dinero. Y Azcárate responde sin vacilaciones: ""3% Enargas y 2% Nación Fideicomisos" (Crítica, 20/5).

Los camaristas, por lo tanto, acaban de salvarles la ropa al ex titular de Nación Fideicomisos, Néstor Ulloa, y al ex presidente de Enargás, Fulvio Madaro. La prueba se excluye por razones formales: Corizzo no sabía que estaba siendo grabado y por lo tanto "la prueba fue obtenida mediante engaños, violando su privacidad". La decisión "representa un golpe duro para el futuro de la causa Skanska" porque la grabación "pudo haber sido un elemento clave para avanzar hacia un eventual juicio oral" (Clarín, 20/5).

La Cámara le tira esta soga al gobierno días después de que trascendiera que otro megaproyecto ─que transportará 500 kilovoltios de electricidad desde la represa de Yacyretá al centro del país─ "está sospechado de contener fuertes sobreprecios o sobornos derivados del caso Skanska". En este caso, Skanska "habría pagado aquí -o habría estado a punto de pagar- un soborno de 15 millones de dólares" (Clarín, 18/5). No es el único problema que enfrenta la empresa: el fiscal en lo penal tributario Germán Bincaz acaba de pedirle al juez Javier López Biscayart que cite nuevamente a declaración indagatoria al auditor de la empresa porque "la Justicia sospecha que no sólo Skanska emitió facturas y órdenes de compra truchas, sino que además realizó auditorías internas truchas para evitar que la investigación prosperara" (Crítica, 22/5).

Olga Cristóbal