Políticas

9/9/2004|867

Sobisch y su “aliada estratégica”

Desde junio del año 2000, cuan­do el gobernador fue a Madrid, a la junta de accionistas de Repsol, para ofrecer la prórroga de la con­cesión de Loma de la Lata-Sierra Barrosa (el yacimiento gasífero más importante del país), ha pasado mucha agua bajo el puente.


En aquella oportunidad So­bisch acuñó para la petrolera el ad­jetivo de “aliada estratégica” de la provincia, y le entregó, a cambio de vagas promesas de inversión en pe­sos (no en dólares), un capital que rondaba los 28.000 millones de dó­lares (valor del volumen de gas a extraer durante el periodo de pró­rroga).


Esta capitalización de Repsol hizo que ésta se posicionara mejor respecto a su abultada deuda, con­traída precisamente para comprar YPF.


Cuatro años después queda cla­ro que, tal como lo adelantó el PO en su campaña electoral del año 2001, dicha “alianza estratégica” era un fracaso, ya que las inversio­nes y los 10.000 puestos de traba­jo prometidos, jamás saldrían del papel.


Efectivamente, las inversiones no han llegado, y los 10.000 pues­tos de trabajo tampoco.


Pero la “aliada estratégica” tie­ne ahora mejores y más conve­nientes “aliados”, por lo que el go­bernador ha quedado relegado.


El cipayo y el “nac & pop”


Como bien se expone en la Prensa Obrera, la creación de Enarsa es la entrega lisa y llana al capital privado de los recursos energéticos aún inexplorados de la plataforma continental y de otras áreas.


Cuando De Vido dice que “só­lo hay empresas de cierta enver­gadura que lo pueden hacer”, hay que anotar a Repsol en primer lu­gar. Y cuando el ministro nacio­nal dice que todo quedará en ma­nos de “operadores… que ya exis­ten, son buenos y están califica­dos”, vuelve a mencionar a Rep­sol, según los códigos que mane­jan los funcionarios.


Cuando este invierno Repsol inauguró en Neuquén una esta­ción; que permitiría inyectar a los gasoductos que parten de la pro­vincia un mayor volumen de gas, para la inauguración estuvo De Vi- do, pero no Sobisch.


Por eso, en marzo pasado So­bisch hizo votar en la Legislatura una ley -la N° 2.453- que declara a los hidrocarburos “patrimonio inalienable e imprescriptible de la provincia” (Art. 1°).


Esta guerra “legal” tuvo un nuevo capítulo cuando el juez fede­ral Labate emitió un amparo que obliga a las petroleras a liquidar la« regalía« según el precio inter­nacional y no según el precio descontado de las retenciones a las ex­portaciones.


Sobre la base de este fallo, So­bisch declaró que la “alianza es­tratégica” no implicaba que “las petroleras hicieran lo que quisieran”. Incluso dijo que analizaría todo “a la luz del acuerdo de prórroga” que firmó allá por el año 2000.


Este cambio de ángulo deja en claro que Repsol banca a Kirchner, aunque le ocasione roces con su “aliado” en Neuquén.


¿Qué dirá ahora la CTA, que de­nunció a Sobisch por entreguista, si el “nacional y popular” Kirchner (ahora como Presidente) repite los pasos que dio como gobernador en el mismo sentido de Sobisch?


Cipayos y “nacionales y popula­res” están del mismo lado a la hora de someterse al capital.