Políticas

26/5/2005|901

Solá arrugó

El jueves 19 de mayo Solá iba a inaugurar un tomógrafo en el Hospital Perón de Avellaneda; junto al dispositivo de seguridad (preparación del helipuerto), policía y medios, los trabajadores también se organizaron para recibirlo.


El primer piso fue virtualmente tomado por los compañeros de ATE del hospital, con pancartas difundiendo sus reclamos salariales y de personal, y con los bombos que acompañaban los cánticos denunciando la situación de miseria a que condena a los trabajadores estatales de la Provincia de Buenos Aires esta política de hambre del pichón de Kirchner (antes de Duhalde),  el gobernador Solá.


Muchos fueron los “aprietes” de funcionarios y de la policía para que se desalojara el piso en nombre del “bienestar de los pacientes”, pero los compañeros se mantuvieron firmes, sumando a la protesta a familiares de los internados, o incluso a los pacientes que esperaban, como en el sector de rayos por una placa. Y así fue que pasaron las horas, y el gobernador y el ministro de Salud de la Provincia, Pasaglia, no concurrieron a la cita; Solá ni aterrizó y el ministro de Salud se retiró sin pena ni gloria, acompañado por las autoridades del hospital.


Ese lugar fue ocupado por los trabajadores del hospital, quienes reivindicando que los únicos con derecho a inaugurar ese tomógrafo eran los trabajadores, cortaron las cintas, y continuaron con su trabajo.


El hospital es de los trabajadores, y al que no le gusta se jode, se jode… y arruga.