Políticas

14/8/2008|1051

Sorín no es Cobos

Jaime Sorín, el vicerrector de la UBA, acaba de renunciar a su puesto, al que había llegado  como parte de un pacto entre el bloque de los decanos radicales y el de los cuatro ‘progresistas’ en la Asamblea Universitaria en diciembre de 2006.

Sorín renunció argumentando que su facultad, Arquitectura, no recibía el presupuesto necesario para su funcionamiento; por ejemplo, para el nombramiento de los nuevos cargos docentes.

Sorín llegó a su puesto como parte de un pacto político con los radicales shuberofistas y el gobierno nacional, y se va por no querer enfrentar ni a unos ni a otro. Como no quiso ser Cobos, decidió ser Chacho Alvarez.  

El problema presupuestario que alega Sorín existe y es muy serio. Sin embargo, el ahora ex vicerrector no hará nada para enfrentar al gobierno. Sorín y su bloque ‘progre’ son más kirchneristas que nunca. Compartió escenario con los intelectuales que editaron tres cartas que le adjudicaban al gobierno una "lucha contra la oligarquía y la derecha".

Las similitudes del proceso político nacional con el de la UBA son notables. Si el gobierno fue incapaz de enfrentar a la derecha movilizando a las masas en su contra, los ‘cuatro progres’ fueron tanto o más incapaces de enfrentar a su derecha, o sea al shuberifismo radical. Para ser sinceros debemos decir que ni siquiera lo intentaron. Los ‘progres’ reprochan ahora a los radicales y al rector Hallú la no realización de la Asamblea Universitaria que debía reformar el Estatuto. Es una excusa, porque en estos dos años nunca la reclamaron. Es más, atacaron a todas las expresiones estudiantiles, en primer lugar a la Fuba, que luchan por la democratización.

Luego de la renuncia de Sorín se encargaron de señalar que de todos modos la alianza con Hallú y compañía no estaba en cuestión. Incluso debaten si pedirán para alguno de ellos el cargo que su colega abandona. Para ‘construir poder’ quieren seguir arriba a cualquier precio.

La docencia de Arquitectura tiene por delante un gran desafío: dejar a un lado a los ‘progres’, agentes del gobierno, y lanzar un plan de movilización al Rectorado y al Ministerio de Educación para exigir las partidas necesarias para que todos los docentes reciban su nombramiento y un salario acorde con el cargo.

Gabriel Solano