Sindicales

28/8/2008|1052

Subte: Ahora más que nunca, la Asamblea General

Ante el brutal ataque de la burocracia de la UTA para descabezar la organización obrera del subte, el Cuerpo de Delegados ha tomado un conjunto de resoluciones fundamentales. Además de rechazar la resolución del mal llamado Tribunal de Etica y la convocatoria de un congreso trucho y antiobrero, han convocado a asambleas en todas líneas y talleres para responder con la huelga al intento de desconocer al Cuerpo de Delegados. Está prevista una conferencia de prensa con participación de organizaciones obreras y populares y una campaña de esclarecimiento, en especial entre los choferes de todas las líneas de colectivos.

El plenario de delegados sesionó con la presencia de numerosos activistas y fue precedido de una cantidad de reuniones espontáneas de trabajadores y algunas asambleas, como las de los talleres de Rancagua y San José. Esta votó un mandato de huelga para el 2 de septiembre y, simultáneamente, la convocatoria asamblea general de todo el subte.

La mayoría de los delegados no trajo mandato, prefirió dar antes debate primero en el pleno para llevar desde allí la posición a los trabajadores. De todos modos, si no destruye en la raíz la tentativa de destruir al cuerpo de delegados, no hay ninguna posibilidad de desarrollo sindical genuino y autónomo en Metrovías.

El debate entre los delegados puso arriba de la mesa que la burocracia no viene sola, viene de la mano de la patronal de Metrovías y del mismo gobierno. En el marco del conflicto con la patronal sojera, el gobierno busca recuperar la confianza de los capitalistas con un programa de ataque a las luchas obreras que le permita llevar adelante el tarifazo. La burocracia y la patronal vienen por el Cuerpo de Delegados para atacar todas las conquistas: las seis horas, la estabilidad laboral, las categorías y ascensos, los salarios y por la organización que las representa a todas ellas. Charly Pérez explicó que no hay “día después”, que la batalla es ahora.

En estas condiciones se plantea una tarea extraordinaria: la de convocar a una asamblea general de todas las líneas, talleres y actividades; por un lado, para disipar toda duda, ante el país, de que estamos ante una lucha de conjunto decidida colectivamente; por el otro, la asamblea es necesaria para cohesionar en el plano organizativo y político a todos los trabajadores de cara a una lucha decisiva. La asamblea debería impulsar la formación de piquetes de difusión y de garantía de las medidas de lucha, y asegurar la salida y distribución de un boletín que actúe como factor de cohesión y como instrumento de desenmascaramiento de la burocracia, la patronal y el gobierno.