El jueves 23 de julio nos entrevistamos por segunda vez con la doctora Otaola, de Asociaciones Sindicales del MTESS de la Nación. Hace dos semanas le entregamos 605 firmas de afiliados de La Plata pidiendo el respeto a la voluntad de los docentes expresada en las urnas. Esta vez llevamos ¡115! firmas de los 176 votantes de la urna impugnada. Casi el doble de los votos obtenidos por nuestra lista, lo que demuestra que el rechazo a la Celeste y a su fraude es general. Incluso han firmado, o se han mostrado solidarios, algunos votantes de la lista de Baradel.

Las 115 firmas son el resultado de un gran operativo. Se juntaron en una semana, en condiciones adversas, ya que los docentes no están en las escuelas y en muchos casos no están ni siquiera en La Plata. En algunos casos se hicieron cadenas para rastrear teléfonos, en otros fue necesario llegar a lugares muy alejados para ir a buscar la firma. En la mayoría, los docentes vinieron por sus propios medios al sindicato, desafiando la lluvia torrencial y el frío polar. ¡Hay que tener conciencia antiburocrática para salir en medio de la lluvia y el frío para estampar una firma!

En la entrevista pusimos de relieve el valor político del reclamo de estos compañeros, que plantean que no sea cercenado su derecho a elegir y se reconozca su voto anulado por la decisión de la JEP. Destacamos que la Celeste no puede presentar las firmas que nosotros sí llevamos.

Quedó planteada una nueva entrevista con la doctora Otaola, una vez que esté la respuesta a nuestro recurso por parte de la Junta Electoral Provincial.

Esta victoria moral y política sobre la Celeste se suma a otro pequeño gran triunfo: derrotamos la intención de la Celeste de dejarnos sin electricidad en la sede sindical, ya que desde el 2 de julio pidieron la baja y el retiro del medidor. Impedimos que los operarios lo retiraran y presentamos un acta, realizada por escribano, más el resultado del escrutinio de las elecciones ante la empresa, con lo que el retiro fue desactivado y seguimos con energía eléctrica.

La indeclinable decisión de derrotar el fraude de Baradel por parte de la docencia platense se traduce en una lucha sin tregua contra una burocracia cuya orientación política, y sus bolsillos, los lleva por una pendiente cada vez más pronunciada hacia la descomposición total.

Amelia García, secretaria general