16/12/2004|881

Tabaré pone a la Texaco en el gobierno y manda más tropas a Haití

El FA cambia su voto sobre el envío de tropas


En apenas 24 horas, el Frente Amplio-Encuentro Progresista-Nueva Mayoría dejó muy en claro cómo y con quiénes gobernará Uruguay: con el imperialismo, el gran capital y el clero. Sus senadores votaron el refuerzo del contingente militar uruguayo en Haití. Pocas horas antes, Tabaré Vázquez había designado como ministro de Industrias al ex presidente de la filial local del pulpo Texaco.


 


C on la totalidad del voto de sus senadores, el FA-EP-NM acaba de votar el refuerzo del contingente militar uruguayo destacado en Haití. Abrumada por el crimen que se estaba cometiendo y por sus propias contradicciones, la representante del partido comunista, Marina Arismendi, se vio forzada a abandonar la sesión. La “misión” de la ONU en Haiti –encabezada por Brasil e integrada también por Argentina, Chile y Paraguay– es un ejército de ocupación que sostiene al gobierno impuesto por el imperialismo norteamericano. En las últimas semanas, los ocupantes jugaron un papel creciente en la represión de la rebelión popular que se desarrolla contra el gobierno títere, dejando decenas de muertos y varios cientos de detenidos.


 


Seis meses atrás el FA había votado en contra del envío de las tropas y denunciado que “en Haití se había producido un golpe de Estado impulsado desde el exterior” (diario Hoy , 13/12). Luego de este ‘refuerzo’, “Uruguay tendrá una cantidad récord de efectivos en el exterior” (diario Exterior, 11/12): además de los 600 en Haití, hay alrededor de 2.000 en el Congo, que se desempeñan en las zonas más “calientes” del país (ídem). El voto del FA obedece a la necesidad de dejar en claro que cuando asuma el gobierno en marzo, seguirá con la política de ocupación que exige el gobierno de Bush.


 


Para justificar el cambio de voto del FA, el tupamaro Fernández Huidobro encontró palabras muy definidas que, sin embargo, no había usado hace seis meses. Dijo que el FA no podía fallarle a “nuestra gente (…) nuestro contingente”, “en una situación dificilísima (…) no podemos negarles lo que ellos piden” ( La República, 9/12). “Ellos” son los altos mandos militares uruguayos, que necesitaron una “ley de caducidad” para no ir presos por los crímenes que cometieron bajo la dictadura. Al infeliz Huidobro no se le ocurrió que eso mismo están haciendo “sus” militares en Haití. Si a este converso le preocupara el destino de los soldados uruguayos habría votado para que volvieran a sus casas.


 


Este tupamaro creyó adecuada la votación de todos los partidos uruguayos a favor del refuerzo de la ocupación de Haití para plantear “una política exterior y una política de defensa nacional que deberá ser una política de Estado, no de partido” (ídem). Es decir que el FA llega al gobierno para impulsar una política aún más reaccionaria que la que históricamente ha tenido Uruguay en materia de política exterior. La quiebra del bi-partidismo uruguayo ha dado lugar a una propuesta de unipartidismo para mejor defender los intereses imperialistas.


 


Huidobro también alegó que “Uruguay está en un período de transición y no se quiere perjudicar a los futuros ministros de Relaciones Exteriores y Defensa” (ídem). Precisamente, el futuro subsecretario de Defensa (y actual senador) José Bayardi fue uno de los que con más fervor defendió el refuerzo del contingente militar.


 


El derrumbe político-personal de Marina Arismendi, la secretaria general del Partido Comunista., que se había pronunciado contra el reforzamiento del contingente, al abandonar la sala, no deja de ser un recurso extremo para no romper la “disciplina” del FA. Que el FA se haya transformado en un ‘gurka’ político de Bush no le impedirá a Marina ocupar el puesto que le asignó Tabaré para “combatir la pobreza” en la otra orilla.


 


Para mayor vergüenza de la izquierda unida uruguaya, un senador derechista, el nacionalista (blanco) Carlos Garat, votó en contra. Garat se dio el ‘lujo’ de denunciar que “esta es una misión de guerra, es una misión de represión (…) en Haití se está agravando la situación interna y se está viviendo prácticamente una revolución, y esto es en definitiva mandar más tropas uruguayas para que combatan, repriman a ciudadanos de Haití que no quieren acatar el mandato del gobierno del golpe de Estado” (ídem).


 


Aun antes de subir al gobierno, los dirigentes del FA han tenido tiempo para desplegar toda su inmundicia política. ¿Dudará alguien, después de esto, qué hará el gobierno del FA y sus aliados de la burguesía –el Encuentro Progresista y la Nueva Mayoría?


 


Texaco y la curia al gobierno


 


Pocas horas antes, Tabaré Vázquez había anunciado su gabinete. Como ministro de Industria fue designado Jorge Lepra, que no integra ninguno de los partidos de la coalición. Lepra fue nada menos que el presidente de la filial de la petrolera norteamericana Texaco para el Cono Sur (Argentina, Uruguay y Paraguay). Fue, también, presidente de la Cámara de Comercio Uruguay-Estados Unidos y, además, miembro del Consejo Superior de la Universidad Católica del Uruguay. Un caracterizado representante del gran capital, del imperialismo y del clero se sienta en el gabinete de la “izquierda” uruguaya.


 


La designación de Lepra fue recibida con satisfacción por la Cámara de Industrias; su presidente lo recibió en la sede de la cámara saludándolo como “un amigo de la casa” ( La República, 9/12). Lepra se entrevistó también con la burocracia del PIT-CNT, que le prometió su colaboración. Los dirigentes de la central sindical no dijeron una palabra acerca del nombramiento porque, explicaron con la mejor cuota de cinismo de que disponen, “la designación de los ministros es atribución del presidente” ( La República , 10/12). Petrolero diligente, a poco de su designación Lepra se reunió con los representantes de Petrobras en Uruguay para “estudiar” una posible “asociación” de la privatizada petrolera brasileña con la estatal uruguaya Ancap.