El decreto de ‘rebalanceo’ de las tarifas telefónicas es un verdadero tarifazo. Clarín estimó que entre los aumentos de las tarifas urbanas y la baja de las interurbanas e internacionales,”las facturas de los usuarios tendrían ajustes del 15 al 60%” (31/1). La Nación analizó el caso concreto de una familia con un consumo de 619 pulsos, sin llamadas de larga distancia. De 43.38 pesos, la factura pasará a 63.39 pesos, un aumento del 46%, si todas las llamadas se realizan en el horario normal. Si una cuarta parte de las comunicaciones se hiciera en el nuevo horario ‘pico’ (de 10 a 13 hs.), la factura será de 66,24 pesos y el aumento del 53%.

El diario Río Negro (31/1) dice que “en la facturación el 80% se compone de las llamadas urbanas, por lo que se descuenta que con el aumento promedio del 46% en las llamadas cortas, las utilidades serán más bien jugosas”.

La propaganda oficial señala que el propósito es defender al interior del país. Pero esto tampoco es cierto, porque “los abonos residenciales del interior del país se unificarán con los de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, a un valor de 12,49 pesos mensuales, frente al precio actual de 7,50 para el interior y 8,90 para Capital y Gran Buenos Aires”(Diario de Río Negro, ídem).

Tampoco es cierto que bajen las llamadas interurbanas y las internacionales. Ante los elevadísimos precios de Telefónica y Telecom, los grandes usuarios de ese tipo de llamadas utilizan el denominado sistema ‘call back’ , a través de EE.UU., lo que les permite un ahorro del 50% o más. Telefónica y Telecom querían bajar las tarifas internacionales e interurbanas, porque estaban perdiendo tráfico a manos de sus competidoras.

Al bajar el precio de ese tipo de llamadas, se las equipara con los precios internacionales, pero no por ello los usuarios obtienen una rebaja, ya que no estaban pagando el precio de Telefónica-Telecom, sino el del ‘call back’. Mientras que el aumento en las tarifas urbanas es real, las rebajas son teóricas.

Es decir, el gobierno aumenta las tarifas en la zonas donde los monopolios tienen el monopolio y las rebaja allí donde la competencia ya había impuesto precios menores.

Telefónica y Telecom abonaron por la adquisición de ENTel “sólo 214 millones en efectivo, otro tanto a pagar en 6 años” y el resto lo completaron con bonos de la deuda por unos 800 millones de dolares (Clarín, 31/1). O sea que se alzaron con ENTEL a cambio de 1.250 millones de pesos. Las ganancias que ya han acumulado son de 3.100 millones, casi tres veces lo que pagaron.

Se trata de un desfalco nacional que debería llevar a una vasta movilización nacional para derogar el decreto-tarifazo, abrir los libros de las empresas y concluir con la anulación de las privatizaciones.