Políticas

26/6/2008|1043

TAXIS DE LA CIUDAD | Después de la tregua, el “tarifazo”

Después del piquetazo de los taxistas, el gobierno de Macri decidió postergar por 120 días el nuevo sistema de "carriles exclusivos" para los colectivos o taxis ocupados. Obligados a circular fuera de ellos, los taxis "libres" tendrían una merma del 30% en su trabajo. Los tacheros, que soportan distintas variantes de trabajo a "destajo" (ingresos sujetos a la recaudación),  van a tener que alargar sus recorridos y jornadas laborales para conformar un salario.

El gobierno porteño no explicitó qué alternativa o compensación ofrecerá a los peones de taxis, si se establecen los carriles. En cambio, las "mandatarias" de taxis ya tienen su moneda de cambio: el gobierno tenía "demorado un aumento de un 22,5% en la tarifa" (Clarín, 6/6), a la espera de resolver esta crisis con los taxis. Con la "tregua" de 120 días, los patrones tendrán su tarifazo. 

Fiel a su tradición, Viviani está actuando, no como representante de los peones de taxis sino de las "mandatarias".

Contra los trabajadores y los vecinos

Como ocurriera con la ley de puntajes, quieren afrontar, con el ‘nuevo’ plan, el colapso del tránsito penalizando a los trabajadores del transporte y a toda la población. 

El plan dispone el retorno a las "fotomultas", un negocio que fue montado con empresas ligadas a "papá". Por otra parte, van a  eliminar a la cuarta parte de los parquímetros porteños. La medida viene atada a otro negocio: el de la "la creación de 30 nuevas playas de estacionamiento" (Clarín, 1/6), cuyas tarifas ya sextuplican a las del estacionamiento callejero. También podría volver la circulación alternada para patentes pares e impares, según el día de la semana. Y quieren extender la distancia entre paradas de colectivos dentro del macrocentro.

Se trata de medidas que ya han sido probadas en el pasado, todas con resultado negativo.

Ningún "carril" podría resolver el desorden que genera la superposición de frecuencias en horarios y recorridos de colectivos, cuya  contrapartida es la falta de servicios nocturnos y de conexión con los barrios. El autotransporte está "organizado" en función del lucro, vale decir que carece de toda organización.

El plan de Mauricio va acompañado de la parálisis de las obras del subte. Después de haber prometido la construcción de "diez kilómetros por año", Macri va a terminar 2008 sin una cuadra en su haber; los contratistas condicionan la continuidad a una indexación de los presupuestos. En respuesta al reclamo, Macri está preparando un "nuevo régimen" de la obra pública, que va a conducir a una duplicación en los costos, a mayores tarifas e impuestos. 

Los trabajadores del transporte

El plan de Macri había dividido a las burocracias del transporte. Mientras Viviani anunciaba su oposición, la UTA respaldaba las medidas. Las dos burocracias están actuando como correa de transmisión de sus respectivas patronales, como ocurre en el conflicto agrario.

 La burocracia de la UTA dice que el nuevo sistema será beneficioso para los choferes de colectivos. Pero las patronales se servirán del nuevo sistema para reducir el tiempo de vuelta, y para exigir a los choferes un mayor número de recorridos diarios.

Es necesario enfrentar el plan de Macri con un programa propio de los trabajadores: 1) Municipalización del transporte público, lo cual terminará con  las superposiciones y anarquía en el servicio y con los subsidios a los capitalistas. Por un plan de tránsito elaborado por representantes electos de choferes, taxistas y trabajadores del subte; 2) ningún tarifazo, apertura de los libros contables de mandatarias y empresas de autotransporte; 3) seis horas para los choferes y taxistas, con un salario básico asegurado igual al costo de la canasta familiar.

Marcelo Ramal