Políticas

8/2/2007|980

Telerman-Bonafini Construcciones


Los medios no le mezquinaron lugar a los proyectos de “vivienda social” que “Madres de Plaza de Mayo” inició por encargo del gobierno de Telerman. Después de una primera experiencia piloto de 36 viviendas en un terreno contiguo a la Villa 15, el gobierno porteño le adjudicó a “las Madres” una licitación para construir 430 viviendas en el barrio Los Piletones, de Soldati. Para este trabajo fueron empleados vecinos de ese barrio y desocupados de diversas organizaciones sociales. En la ciudad de las 150.000 familias sin techo, un gobierno se proclamaba “abanderado de la vivienda popular”. ¿Es así?


 


Trabajo basura, ¿construcción basura?


 


Las “construcciones sociales” de Oculta y los Piletones se realizan bajo la metodología de “construcción en seco”, que elimina tareas como la implantación de cimientos, los pilotajes, el hormigonado y la colocación de ladrillos. “Madres” ha cerrado un acuerdo con la firma italiana Emme Due, única proveedora de ese sistema en el mercado argentino. Para algunos especialistas, este método presenta graves cuestionamientos en lo que refiere a la durabilidad de las viviendas. Sin aclarar estos dilemas, Gabriela Cerrutti, ministra de Desarrollo Social, señaló que “el objetivo es ver si esa forma de construcción funciona para incorporarla a otros sectores de la ciudad” (La Nación).


 


Los vecinos trasladados a estas construcciones serán, por lo tanto, conejillos de Indias en este “premercadeo” de un grupo capitalista italiano. El consorcio de “Madres” con Emme Due superó a otros contratistas privados “por la diferencia en el precio (el método de construcción abarata costos) pero, sobre todo, por la capacidad de emplear a los propios vecinos” (Página/12, 10/1). Ocurre que los compañeros están conchabados bajo un contrato precario del Gobierno de la Ciudad. Por lo tanto, el convenio de la Uocra no rige en la obra de Telerman-Bonafini. “Las jornadas laborales superan a veces las 10 horas. No hay instalaciones para protegerse del sol ardiente. Se trabaja con lluvia, sin respetar las normas del convenio de Uocra”, relataba a Prensa Obrera un compañero contratado. Bajo la “pantalla” de las “Madres”, se ha montado una nueva operación de superexplotación laboral, por un lado, y de degradación de la vivienda obrera, por el otro.


 


Un asunto de “desarrollo social”


 


Es significativo que ninguno de los dos proyectos de “las Madres” se haya desarrollado en el marco del Instituto de Vivienda (IVC), que financia y supervisa la construcción de vivienda popular en la ciudad. El pequeño proyecto de la Villa 15 se desarrolló bajo el programa de “emergencia habitacional” del gobierno, que provee “soluciones habitacionales” (sic) a desalojados por distintos motivos. El proyecto de Piletones fue encargado por la Corporación del Sur, en acuerdo con el mismo Ministerio de Desarrollo Social. En este caso, la construcción de 430 viviendas no responde a un plan de urbanización de esa zona, sino que va a albergar a distintos grupos de desalojados, como los de la Autopista 7 y los que se pretende expulsar del asentamiento de la Reserva Ecológica.


 


El activismo “arquitectónico” del Ministerio de Bienestar Social porteño contrasta con la parálisis del IVC, que ha cerrado las inscripciones para nuevas cooperativas de vivienda, y avanza a “cuentagotas” en sus planes de urbanización de villas. Mientras asistimos a la semiliquidación del IVC, la vivienda popular en la ciudad ha quedado reducida a una cuestión de “emergencia social”, con pequeños enclaves que —como los de Piletones— sirvan para “aceitar” desalojos en las zonas más codiciadas de la ciudad. Los proyectos de “las Madres” tienen ese nefasto destino.


 


Programa


 


La sociedad constructora Telerman-Bonafini continúa una saga ampliamente recorrida por el kirchnerismo. El recurso a las “organizaciones sociales” ha sido utilizado para los planes “Techo y Trabajo”, que durante años alimentaron la caja de los piquetruchos con resultados desastrosos en materia de vivienda. Más cercanamente, el MTL fue presentado como ejemplo en esta orientación de utilizar a los piqueteros cooptados como arietes de la flexibilidad laboral y de la liquidación de toda acción estatal en materia de vivienda popular. En este caso, se ha llegado muy lejos, puesto que “las Madres” son la coartada para legalizar la contratación precarizada desde el propio Estado, eximiendo a una firma privada de toda obligación laboral. Se impone, por lo tanto, la organización de los compañeros de las cuadrillas de Piletones y Oculta para reclamar la vigencia irrestricta del convenio de la Uocra en todo lo que refiere a las condiciones de trabajo, incluyendo los aportes para el fondo de desempleo a cargo de la patronal; la afiliación sindical y la elección de delegados. Una comisión de trabajadores y profesionales independientes debe evaluar la condición técnica de las viviendas en construcción. El proyecto Bonafini es, también, un salvoconducto para la Corporación del Sur, que destina un pequeño predio para viviendas con el objeto de disimular la entrega cotidiana de predios a monopolios industriales, inmobiliarios y del espectáculo. En oposición a esa orientación, planteamos colocar a la Corporación del Sur y al conjunto de sus terrenos bajo control de un cuerpo de delegados electo de todos los barrios del sudoeste. Con el patrimonio de la Corporación —no con sus migajas— es posible llevar adelante un gran plan de urbanización de villas, de desarrollo de espacios verdes y culturales, y un gran hospital para la población de Soldati, Lugano y Bajo Flores.